lunes, 27 de marzo de 2017

Humanitos (Eduardo Galeano)



HUMANITOS  (Eduardo Galeano)


Darwin nos informó que somos primos de los monos, no de los ángeles. 
Después supimos que veníamos de la selva africana y que ninguna cigüeña nos había traído de París. 
Y no hace mucho nos enteramos de que nuestros genes son casi igualitos a los genes de los ratones.
Ya no sabemos si somos obras maestras de Dios o chistes malos del Diablo.

Nosotros, los humanitos:
Los exterminadores de todo,
los cazadores del prójimo,
los creadores de la bomba atómica, la bomba de hidrógeno y la bomba de neutrones, que es la más saludable de todas porque liquida a las personas, pero deja intactas las cosas,
los únicos animales que inventan máquinas,
los únicos que viven al servicio de las máquinas que inventan,
los únicos que devoran su casa,
los únicos que envenenan el agua que les da de beber y la tierra que les da de comer,
los únicos capaces de alquilarse o venderse y de alquilar o vender a sus semejantes,
los únicos que matan por placer,
los únicos que torturan,
los únicos que violan.

Y también:
Los únicos que ríen,
los únicos que sueñan despiertos,
los que hacen seda de la baba del gusano,
los que convierten la basura en hermosura,
los que descubren colores que el arcoiris no conoce,
los que dan nuevas músicas a las voces del mundo
y crean palabras, para que no sean mudas
la realidad ni su memoria.


miércoles, 22 de marzo de 2017

Agonía (Fermín Hood)



AGONIA
                                                                                                                               Fermin Hood

Hubo años buenos.
El campo florecía con la caricia
de las manos elementales,
La caricia
de los soles de todos los días,
la caricia
de las lluvias periódicas..

Ahora las flores son pasado.
Esqueletos de rosa
navegan sobre el caudal
perezoso y pestilente
de un río de agua,
sangre y despojos
y recorren en marchitez
el campo de batalla.

No queda rastro de amor
en los escombros –
esos testimonios fatales
de un triste ocaso –
de un mar de consignas…
Liberación
Soberanía nacional
Agresión extranjera
Banderas de Paz
Banderas de Justicia
Banderas, banderas
Banderas

Somos los hombres de acero
los guerreros inoxidables
barbotando himnos
con voces huecas
y sonrisas sibilinas

Mañana será tarde.
nada más brotará
nada crece
nada parece salir
de los oscuros pliegues
del tiempo.
La vida se va
arrastrando grilletes
de heridas y lamentos.

Todo perece en el acaso
Todo parece terminar
Todo está consumado

Moriré
Antes de llegar el alba,
antes de que lleguen los refuerzos
antes de llegar la anestesia
antes de sentir mi cuerpo abierto
en la sala de cirugía
antes del capellán,
antes de la medalla.

                          Manizales, junio 1998











martes, 21 de marzo de 2017

La casa de las palabras. Eduardo Galeano




LA CASA DE LAS PALABRAS

A la casa de las palabras, soñó Helena Villagra, acudían los poetas. Las palabras, guardadas en viejos frascos de cristal, esperaban a los poetas y se les ofrecían, locas de ganas de ser elegidas: ellas rogaban a los poetas que las miraran, que las olieran, que las tocaran, que las lamieran. Los poetas abrían los frascos, probaban palabras con el dedo y entonces se relamían o fruncían la nariz. Los poetas andaban en busca de palabras que no conocían, y también buscaban palabras que conocían y habían perdido.
En la casa de las palabras había una mesa de los colores. En grandes fuentes se ofrecían los colores y cada poeta se servía del color que le hacía falta: amarillo limón o amarillo sol, azul de mar o de humo, rojo lacre, rojo sangre, rojo vivo...


                                                                                             Eduardo Galeano ( El libro de los abrazos)


sábado, 18 de marzo de 2017

La actriz. Eduardo Galeano


La actriz

Hace más de medio siglo, la Comedia Nacional llevó Bodas de sangre a los campos de Salto.
Esta obra de Federico García Lorca venía desde otros campos, lejanos campos de Andalucía. Era una tragedia de familias enemigas: una boda rota, una novia robada, dos hombres que se acuchillaban por una mujer. La madre de uno de los muertos exigía a su vecina:
  ¿Te quieres callar? No quiero llantos en esta casa. Tus lágrimas son lágrimas de los ojos, nada más.

Margarita Xirgu era, en escena, esa madre altiva y dolida. Cuando se apagaron los aplausos, un peón de estancia se acercó a Margarita y le–dijo, sombrero en mano, la cabeza gacha:
       Le acompaño el sentimiento. Yo también perdí un hijo.

                                                                              
                                                     Eduardo Galeano


viernes, 17 de marzo de 2017

Tiempo......Eduardo Galeano





Tiempo que dice

De tiempo somos.
Somos sus pies y sus bocas.
Los pies del tiempo caminan en nuestros pies.
A la corta o a la larga, ya se sabe, los vientos del tiempo borrarán las huellas.
¿Travesía de la nada, pasos de nadie?
Las bocas del tiempo cuentan el viaje.


                                          Eduardo Galeano