"Cada uno está solo sobre el corazón de la
tierra
traspasado por un rayo de sol:
y enseguida anochece".
Salvatore Quasimodo
Lamento
por el sur
La
luna roja, el viento, tu color
de
mujer del Norte, la llanura de nieve...
Mi
corazón está ya en estas praderas,
en
estas aguas anubladas por la niebla.
He
olvidado el mar, la grave
caracola
que soplan los pastores sicilianos,
las
cantilenas de los carros a lo largo de los caminos
donde
el algarrobo tiembla en el humo de los rastrojos,
he
olvidado el paso de las garzas y las grullas
en
el aire de las verdes altiplanicies
por
las tierras y los ríos de Lombardía.
Pero
el hombre grita en cualquier parte la suerte de una patria.
Ya
nadie me llevará al sur.
Oh,
el Sur está cansado de arrastrar muertos
a
la orilla de las ciénagas de malaria,
está
cansado de soledad, cansado de cadenas,
está
cansado en su boca
de
las blasfemias de todas las razas
que
han gritado muerte con el eco de sus pozos,
que
han bebido la sangre de su corazón.
Por
eso sus hijos vuelven a los montes,
sujetan
los caballos bajo mantas de estrellas,
comen
flores de acacia a lo largo de las pistas
nuevamente
rojas, aun rojas, aun rojas.
Ya
nadie me llevará al Sur .
Y
esta tarde cargada de invierno
es
aún nuestra, y aquí te repito
mi
absurdo contrapunto
de
dulzuras y furores,
un
lamento de amor sin amor.
Versión
de: Carlo Fabretti