La
actriz
Hace más de
medio siglo, la Comedia Nacional llevó Bodas de sangre a los campos de Salto.
Esta obra de
Federico García Lorca venía desde otros campos, lejanos campos de Andalucía.
Era una tragedia de familias enemigas: una boda rota, una novia robada, dos
hombres que se acuchillaban por una mujer. La madre de uno de los muertos
exigía a su vecina:
— ¿Te quieres
callar? No quiero llantos en esta casa. Tus lágrimas son lágrimas de los ojos, nada
más.
Margarita Xirgu
era, en escena, esa madre altiva y dolida. Cuando se apagaron los aplausos, un
peón de estancia se acercó a Margarita y le–dijo, sombrero en mano, la cabeza gacha:
– Le acompaño el
sentimiento. Yo también perdí un hijo.
Eduardo Galeano
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