domingo, 27 de agosto de 2017

Alfred - (Fermín Hood "Cuentos anómalos del litoral")



Alfred


Marchante, marchoso, marchó por el mundo entero.

Por el  mundo entero anduvo sin detener la marcha, marchoso, marchante buscando una pizquita de cariño....

Eso era todo:
“Un poquito de cariño yo te pido.....”

Y había dispuesto que tan pronto encontrara ese poquito de cariño....iba a detener su marcha marchosa para disfrutar en plenitud y con intensidad de su hallazgo. (Si tanto era su anhelo de cariño, mayor iba a ser su celo por conservarlo y protegerlo)

Pero estaba equivocado
No se puede estar nunca seguro de un cariño
Es que los cariños son tan impredecibles, tan volubles......tan cariños

Alfred lo comprobaría con algo de dolor

En alguna parte encontró un cariño (Se cree que fue en la frontera entre Chile y Argentina donde se dice que abundan los cariños) y fue tanto el celo y las ganas de poseerlo, que el tal cariño “le zampó” un sartenazo en plena cara y orondo se fue.

Pobre Alfredo....ya le había pasado algo parecido con los cariños nacionales.

No tuvo más remedio que continuar su marcha marchosa con su rostro lleno de cicatrices .......seguir andando y andando, conociendo, buscando...hasta comprobar que los cariños son lo mismo en todas partes

Adolorido por tanto golpe de cariño, decidió regresar al país y dedicarse a la política

 El político peripatético lo llaman sus seguidores..........

Es preferible llamarlo peripolítico para no recordarle que siempre ha sido patético.
(Lo que lo enfurece)

¡Ah!, ....hoy compra  votos y cariño por Internet.

                                           Fermín Hood - Santa Marta, marzo de 2008


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