MÉNAGE Á TROIS
Marcelo era feo y
acaudalado; además era viejo….y acaudalado.
Tan acaudalado, que la
fortuna que poseía, lograba hacer olvidar a todos que Marcelo era viejo y feo.
Era acaudalado.
Leonard era joven,
hermoso, pero tenía dos defectos: era pobre y le faltaba un diente.
Anella era pobre, más
pobre que Leonard y tan ambiciosa como Marcelo.
Anella era hermosa;
hermosa eso sí, y por ser hermosa, Marcelo y Leonard la pretendían.
El dilema de Anella, a
pesar de todo, era grande: ¿Fortuna o belleza?
La ambición gritaba:
¡Fortuna!
Pero el cuerpo le
pedía: ¡Belleza!
-
“Quiero tener las dos” , gritó Anella
-
“O ninguna”…., le dijo Mariana, su mejor
amiga
Marcelo murió con su
feura intacta.
Leonard se mandó poner
el diente y se fue a trabajar a la televisión mexicana donde hace un galán
espectacular.
Anella y Maríana son
felices. Presiden un famoso grupo de diversidad sexual financiado por una
pequeña parte de la fortuna de Marcelo.
Marcelo era viejo y
feo…y acaudalado…y eso es asqueroso. ¿No les parece?
Fermín Hood - Santa Marta,
febrero 2008