martes, 5 de abril de 2011

La manzana de la discordia (Versión)

LA MANZANA DE LA DISCORDIA

¡Ah, las cosas de la mitología!

 Cuando nació la diosa Afrodita todos se maravillaron. Ella  apareció sobre una concha en el mar, (por allí solía pasear, siglos más tarde,  Sandro Boticelli, el pintor).
Zeus, viejito picarón y coqueto, le mandó un carro tirado por palomas para que la subieran al Olimpo.
Hera  y Atenea, que se creían las más hermosas del Olimpo y alrededores, al verla tan, pero tan titina y pispa, se pusieron rojas de la ira, verdes de la envidia y empezaron a buscarle, infructuosamente, algún defecto
Pero había en el Olimpo otra diosa, llamada Eris (Discordia), que se la pasaba armando peleas y disgustos en todas partes.
En cierta ocasión hubo un matrimonio en el Olimpo y no quisieron invitar a Eris por temor a que dañara la fiesta con su mala cara y sus malas artes. Ella se sintió mal y para vengarse cogió una manzana de oro y la marcó: "Para la más hermosa" y la tiró bajo una mesa donde estuviera al alcance de la vista de las diosas. Y el ardid dio resultado: Afrodita, Hera y Atenea luego de no pocas discusiones fueron las finalistas de tan inesperado certamen.  Cada una empezó a vociferar que la manzana le pertenecía, por ser ella la más bonita.
 Se armó un gran pleito. Pidieron el juicio de Zeus, pero este como suelo ocurrir prefirió dejar el veredicto en otra manos: "Ese chicharrón... que lo resuelva Paris".
Paris era hijo de Príamo y Hécuba, los reyes de Troya.  Cuando Hécuba estaba en embarazo de Paris, tuvo un sueño que lo que le estaba naciendo no era un muchacho sino un hachón prendido, con una tremenda llamarada, ella le contó a su marido, Príamo, y un adivino dijo que eso quería decir que lo que iba a nacer iba a ser la causa del acabe de la ciudad. Entonces Príamo dio la orden de que cuando naciera le mataran. Cuando nació su madre se lo dio a un esclavo para que lo dejara en el monte Ida, envuelto en pañales. Allí lo encontró un pastor y lo llamó Paris, quien lo crió. Creció y fue muy buen mozo, como sería que una vez se lo encontró la ninfa Encone y se pegó tremenda enamorada que se tuvo que casar con él.
Acompañadas por Hermes, las tres finalistas salieron  para el monte Ida, donde vivía Paris quien fue enterado por el mensajero del mandato de Zeus.
El pobre muchacho, más desconcertado que un eunuco en playa nudista, no sabía qué hacer
Cuando ellas lo vieron tan indeciso fue que resolvieron sobornarlo.
Hera lo llamó aparte y le dijo: -Si me escoges a mí te hago dueño de toda el Asia-
Atenea le dijo: -Si me escoges a mí te vuelvo un sabio y hago que ganes todas las batallas que tengas con los griegos-
Y Afrodita le dijo: -Si me escoges a mí, te doy como premio la mujer más hermosa del mundo.
Paris sin pensarlo dos veces optó por la propuesta de Afrodita, ya que estaba cansado con su esposa Encone, y le entregó la Manzana de la Discordia (así habían llamado esta manzana).
Pero las cosas no se quedaron así, pues las otras dos diosas perdedoras juraron que se vengarían de los troyanos.
Salió Paris a buscar a la mujer más bonita del mundo y llegó a Esparta y tocó en la puerta del palacio de Menelao, que era el rey de allá, y esposo de Helena, precisamente la mujer más bonita del mundo.
Helena era hija de Zeus con Leda y melliza de Pólux, hermana de los también mellizos Cástor y Clitemnestra, estos dos últimos hijos de Píndaro.
En Esparta recibieron muy bien a Paris. En cierta ocasión salió Menelao de urgencia para una guerra. Helena y Paris se enamoraron, y se escaparon para Troya.
Cuando volvió Menelao de su guerra se enteró de lo que había pasado. Llamó a los otros jefes griegos, compañeros de él a que fueran a Troya a recobrar a Helena y a castigar a Paris.
Así empezó la famosa historia de la guerra de Troya.

(Versión de Timoleón Jaramillo)
 



No hay comentarios:

Publicar un comentario