LA
MUERTE TRAS UN BESO (Imágenes y retazos de sueño)
¡Quemadme!
De alguna manera lo tengo merecido. Prended fuego a mi cuerpo, pon a arder mis
voces. ¡Volvedme cenizas!
Sólo os
pido un favor...un simple favor que creo le será concedido a un hombrecito que
nunca estuvo: No tiréis a la basura la basura que escribo. ¡Quemadla conmigo!
CALVA....rio
Fernando: Es evidente que no sabes cómo
llevar una cruz. Le hubieras puesto más atención a las palabras de tu madre
cuando te hablaba de experiencias nazarenas.¡Ay! Me duele verte así. Lastima,
lacera, duele, duele. Córrete un poco más a la izquierda. Eso es. Está bien.
Desplázate hacia donde te dejen. Esa cruz te pesa mucho. Mira en todas
direcciones antes de dar el nuevo paso, tanto como puedan tus ojos y lo permitan
tus verdugos. Ellos, como sombras que acechan pueden saltar sobre ti y en una
increíble fracción de segundo devorarte, romperte el alma y el corazón y luego
dedicarse con deleite a pulverizar tu esqueleto.
¡Adelante, redentor!
Adelante querido viejo, Quijote que cabalgas
sobre una endeble escoba de sueños. Pasos lentos pero firmes te han de conducir
al horizonte. Esa sombra larga que se pone ante tus ojos. No es un obstáculo
más. Es una invitación a nuevos amaneceres
El ayer se fue. El ayer no existe. Es apenas
una burbuja de excremento en tu cerebro, es una pócima que debes apartar de tu
boca para que no vaya a envenenar tu sangre.
Se que tu sangre es un eterno deambular dolorido
por venas y arterias, es un prolongado beso de despedida que se pasea por tus
órganos; es un enorme mar canalizado en tu interior. Es presencia absoluta
¿Sabes cuántas tardes has desperdiciado buscando
un sendero, una pequeña luz que oriente tus pasos hacia algo diferente a la
muerte?
¿A descubrir el asombro de una hermosa noche
inconocida?
¡Vamos! Es son tretas de tu imaginación
sombría y desbocada
Eres un poco despistado, amigo mío y en el
almacén de tu memoria – que has debido destruir como lo hizo el atómico
patriota cantado en el himno de tu patria- habita un duendecillo minúsculo,
hueso y músculo de piedra, con unos enormes ojos de grieta., de abismo, que te miran cuando estás solo o
estás dormido y vierte por tu oreja el susurro maldito y narcótico que te
obliga a despertar en el pasado y a sufrir el pasado y amar el ayer...pese a tu
obstinación en seguir defecando presentes y explorando futuros
¡Sacúdete!
No permitas que la cruz aplaste tu cabeza
contra el pavimento. No permitas que prometedoras Dulcineas se borren entre las páginas de los libros.
Basta de calvarios. Los molinos de viento aun
te esperan con sus brazos armados de ilusión.
PRE-EXORDIO
No puedes negar que la mayor parte de tus
pensamientos están centrados en echar por tierra el muro de soledad y de rabia
que te separa de los labios veraces y el sexo certero de la Simone criolla que
acaso ya termino los estudios en la universidad
¿Se te había ocurrido la idea de robarle
palabras a la sinrazón?
EXORDIO
Rondan por mi mesa de trabajo los espíritus
locos. Los de la fiebre demencial, la transgresora realidades, la que obliga a
beber en las copas del delirio.
¡Ya basta de oponer resistencia!
¡Está bien! Llevadme, oh, lunáticos amorosos;
os permitiré que hagáis añicos mi entendimiento.
Iré con vosotros, guerreros sin coraza; guardianes
del arcano flujo de la existencia. Dejadme vestir de violetas o de rosas, dejad
que me ponga el último sombrero de sol. Conducid mi mano con esmero sobre la
superficie virginal de estas páginas blancas
Iré apoyado sobre vuestras espaldas de
palomas en vuelos tumultuosos y me protegeré del sol bajo tus sombras de
caverna.
1
Mis uñas ennegrecidas rasgan sin piedad una
piel que tropezó conmigo una noche de sepulcros. Las circunstancias no son
importantes. Lo que importa es que jamás había imaginado hacer el amor a una
mujer bella y de harapos vestida. (Blanca niña de cabellos rojos cuya haraposa
basquiña deja ver la belleza y la pobreza)
Su cuerpo hedía. La música de fondo era la
lluvia.
¡Oh, sorpresa!
Descubrir bajo esa coraza, una piel muy
blanca, un cuerpo de mujer que brillaba, unos ojos hermosos que querían sonreir
pero que estaban llorando.
2
He perdido el cansancio al permanecer mucho tiempo de pie.
Una noche sentí cómo las piernas se me hacían
duras, como un fierro y se agrandaban hasta conseguir el diámetro de sendos urapanes y los dedos de mis pies
creciendo en ramas bajo la tierra.
Quería moverme, pero los troncos no recibían
las órdenes del cerebro y el intento de sacar los dedos de la tierra me
resultaba doloroso.
Tenía que resignarme.
Entonces llegó un enamorado y hundió su
navaja en mi corteza y trazó un corazón. Pronto me vi poblado de corazones y de
amantes.
Entonces llegó un pájaro y decidió quedarse.
Pronto me vi poblado de nidos y de pájaros.
Nidos, pájaros, corazones, amantes, frutas,
flores......
¿Qué más podía pedir?
Sólo una cosa: No despertar
3
En cuestiones de boca no se si deba presumir.
La mía es ancha, grande y malformada como son
muchas bocas. Pero hay en mi boca una gran capacidad para absorberlo todo.
Claro que a veces es tan común...porque de
esa boca se han escuchado tonterías y barbaridades como a casi todas las bocas,
y a veces, una gruesa espuma adorna la comisura de los labios, como se ve en la
“boca” de las bestias rabiosas.
Pero no es de eso de lo que voy a hablar,
tampoco es mi pretensión aterrorizar al posible lector de estas líneas. No.
Voy a hablar de la relación entre mi boca y
el beso. Es algo que me inquieta.
Sucede que en el momento del beso, mi boca se
agranda hasta conseguir el diámetro de un
cráter volcánico, la lengua crece hasta parecer una larga procesión de
serpientes y de acuerdo con el grado de excitación, aumenta o disminuye su
poder de contención.
Esto no sería peligroso, ni daría lugar a
esta inusual confesión de no ser porque poseo una propensión enfermiza a besar,
Y es que a través del beso puedo expresar todo lo que mi razón y mi corazón son
incapaces de hacer utilizando otro lenguaje.
Empiezo muy despacio, con los labios
apretados, haciendo piquito de pajarito...pero cuando el calor se apodera de
mí, la boca crece inconmesurablemente y el beso solo termina cuando a través de
ella han pasado los talones de mi amante. Esto, antes que apaciguarme o dejarme
satisfecho, crea en mí un enorme vacío y es lanzándome a la conquista de otra
víctima como logro mitigar un poco la ansiedad. Como ven, me encuentro en un
gran problema, agravado aún más por el hecho de que se me puede imputar la
desaparición de todas las mujeres que nunca regresan a sus hogares (de los
hombres no me preocupo ya que no acostumbro a besar hombres, no por dejar
intacta mi reputación viril, sino porque los hombres deben saber maluco)
¡Dejar de besar? Es muy fácil decirlo. No es
la solución. Es posible que la abstinencia del beso produzca una reacción
similar o peor en otra parte del cuerpo.
Por lo pronto he decidido continuar con mi
afición hasta que no me quede otra alternativa que la de besarme a mí mismo.
4
El Gran Idolo, por todos amado, estaba
sentado sobre su trono de nubes. A su diestra, vestida de luna, la gran
princesa Oniris leía la última obra de nuestro gran Premio Nobel. A la
izquierda, unos metros separados, un conjunto vallenato hacía sonar sus
instrumentos. Al frente, yo, en mi calidad de Primer Gran Bufón, hacía
cabriolas alrededor de un arsenal de juguete con el propósito de parodiar la
Primera Gran Guerra.
El Gran Idolo, con voz de trueno, me ordenó,
so pena de cortarme la cabeza, reconstruir ante sus ojos la noche de la Gran
Batalla, en la que él, solo, se enfrentó a un millar de soldados del enemigo.
Dispuse todos los elementos para darle veracidad
al combate y puse especial cuidado en incluir un mortero –que no era como los
otros- apuntando a su pecho. Desde luego yo me planté detrás de él.
Apaguen las luces.
En marcha los efectos especiales. ¡Ya!
La batalla comenzó
Poco a poco
mi pequeña tropa de cartón y plástico iba quedando aplastada bajo la furia
heroica del héroe, mi antagonista y señor.
Pero tuve la ocasión de disparar el mortal
mortero contra el pecho acorazado del Gran Idolo, haciéndolo sucumbir con todo
y su confianza.
En pequeños hilos de humo ascendió al cielo (¿sería
al infierno?)
Al encenderse otra vez las luces, el conjunto
vallenato inició “La casa en el aire” y la Gran Princesa Oniris me pagó la
función con un apasionado beso. Ahora era la Reina
Bueno, es que no se puede confiar en una princesa
que lee mucho.
5
Era un hombre recto en el sentido literal de
la palabra. Su mirada era recta, tal como correspondía a un hombre con tales
atributos.
Seguía siendo recto a pesar de que el sol
caía perpendicularmente sobre sus hombros rectos. Su boca, también recta,
emitía inimitables conceptos rectos.
En fin, el epítome de la rectitud.
La tragedia se inició cuando se vio obligado
a ganarse la vida como contorsionista en un circo.
6
Mi cuerpo es destrozado por una dentadura
amarillenta que parece danzar en el vació y me ataca cuando me atrevo a respirar.
Sospecho que es la sonrisa sin rostro de la santa.
7
Las
tormentas llegan y todos calladitos. Las tormentas llegan y destruyen ciento a
ciento convirtiendo las estancias en algo así como un puré de papas;
un puré de papas con el que un famoso
filósofo postmodernista se atragantó y luego murió asfixiado a pesar del esfuerzo
de los galenos y las suplicas de las beatas. Los vomitivos que le
suministraron, solo lograron que expeliera palabras, palabras, palabras...más
un abrigo hechizo y un cinturón negro, como de castidad, con chapa de hierro;
un cinturón negro que se ponía el talentoso
actor para sostener su preocupación por el sexo y poder opinar anchamente sobre
la política internacional y llorar su vasta experiencia de persecusiones,
exilios e indolencias, matizando matizando todo esto con una u otra añoranza de
tarimas, ovaciones, plazas públicas y excitantes bravos. El pobre sufrió un
atentado. Cayo de nuca después de recibir la caricia de un boomerang de papel;
un boomerang de papel enviado por el divino
maestro con la esperanza de que fuera aparado por manos inocentes, pero que en
razón a los vientos de agosto o a su mala puntería, vino a caer en unas garras,
voraces, adornadas con coloridos anillos de cristal;
un anillo de cristal puso el novio en el dedo
anular de su novia el día de la boda, con la firme intención de que le fuera
fiel, amante, esposa, amiga y compañera. El anillo rodó por el piso de la iglesia
al compás de Mendelsohn y se detuvo en la avenida al son de las Hermanitas Calle.
El novio corrió tras él y fue arrollado por la boca de plata de un automóvil;
la boca de plata de un automóvil esconde la
enorme panza de un comerciante del entretenimiento que se apretuja contra el
volante deseando que se le atraviese la luz roja de un semáforo para abatirla
con su mirada doble troque a través de su parabrisas debidamente polarizado;
un parabrisas polarizado, yo guardo en mi
billetera esperando a que algún día lo pongan en mi ataúd para cagarme de la
risa de los que derramen lágrimas sobre mi cadáver.
8
¿Dónde Están sus apenas quince años?
En una fosa situada bajo un promontorio en
algún cementerio que siempre se llamará Cementerio Central, yacen sus apenas
quince años. Y yacen bajo unos pocos metros de tierra, adornados por algunas
flores que crecen en el lugar y algunas flores que se compran y bien pronto se marchitan;
un pequeño escarabajo y uno que otro recuerdo abandonado por los dolientes.
¿Dónde están sus apenas lágrimas?
Se presume que han ido a parar al mar. Acaso
han sido bebidas por algún pez sediento o se han confundido con el llanto de
una sirena enamorada.
¿Dónde están sus apenas tristezas?
¡Crueles! Tenéis el alma en ausencia ¿para
qué preguntar por tristezas si la sombra mayor ha caído plena sobre su cuerpo
de Julieta vengativa?
Si. Ese Romeo veronés, Montesco, Traidor,
jamás fue tan hermoso ni tan puro cómo lo retratan las nuevas palabras. ¡Ah,
tristeza!
Debo darte un manotón y derribarte, enemiga
incorpórea, no importa que los ojos que lo vean pidan a sus voces prontas que me llamen
demente.
Sus apenas tristezas eran grandes tristezas.
Y fueron muerte.
Ojos, ojos, ojos abiertos, cerrados, cerrados
eternamente
Labios secos, resecos, áridos.
Sueño eterno. Vamos, debe haber una gruta en
el campo dónde yacer y guarecernos de las lágrimas de Dios.
9
Estaba monotemático. Y no era para menos.
Estaba ido.
En honor a la verdad, el megalómano que las
tenía todas consigo le dijo al melómano: “Oye, melómano, aconséjale una buena
tonada al opiómano para que le lleve una serenata a la heroinómana, esa, la hija
del burócrata”
El melómano, que además de ser melómano también
era demócrata y en sus ratos libres proxeneta, le contestó al megalómano: “Oye
megalómano, yo estoy muy ocupado. Además si la heroinómana le acepta la
serenata al opiómano, lo más seguro es que el burócrata va a sospechar que estoy detrás de todo esto o ¿es
que no sabes que alguna vez la heroinómana y yo tuvimos algo más que una simple
amistad estratégica?”
Entiendo, dijo el megalómano....Y a decir la
verdad....¿a mí que me importa todo esto?
10
En el piso, rodeando sus pies, un charco de
orina era el pedestal impreciso sobre el que descansaba su descomunal corpulencia.
El charco, un mar para la diminuta hormiga
con veleidades marineras que armó un velero con el cascarón de un grano de
arroz y se echó a navegar con el sueño de descubrir un continente.
Ay hormiga marinera
¿a dónde llegarás?
Ese mar proceloso
-acídulo mar-
será la tumba incierta
de tu osado periplo.
Ay, hormiga marinera
¿a dónde llegarás?
¿Llegarás?
Su espectacular corpulencia, fruto de una
exigente preparación física, de una rigurosa dieta, de una enorme propensión a
los espejos (a mirarse en los espejos y destrozarlos con su brillo).....su
espectacular corpulencia, materia prima de las conquistas de amor, herramienta
de trabajo en su lucha contra la villanía.
Hormiga feliz, navega. Tu rumbo acompañado
por el canto “remá, remá”
Oh pobre hormiga indefensa ¿No sabes que en
cualquier momento esos pies se moverán y tu frágil navío zozobrará y se ahogará
para siempre tu sueño marinero y con el las ilusiones de todos los que nacen
destinados para perder? Adiós.
Oh espectacular corpulencia, erguida sobre un
charco de orina. ¿Sería menos mi congoja si no supiera que eres tú, Iron Man,
el ídolo de mi infancia?
11
Voy a contarle a la noche, una historia
singular. Sucedió hace poco. Muy lejos de aquí, el ejército de los buenos lanzó
un ataque contra el ejército de los otros más buenos con el fin de demostrar lo
necesario que es para la humanidad que no haya tantos buenos, porque escasean
los alimentos para la subsistencia de tanto bueno, que a pesar de ser tan
bueno, no se escatima el placer de comer bueno o por lo menos comer (Esta
historia se repite cíclicamente y es materia de estudio de los economistas que
son buenos, buenos)
Lo que siempre pasa es que los buenos nunca
están de acuerdo con los más buenos y casi todos los buenos que sobran mueren
de hambre. Mientras eso pasaba por allí, aquí, los ojos de una buena se estrellaron
contra los míos y me han damnificado temporalmente, y el buen apetito se ha
ausentado de mi mesa, demostrándome la inutilidad de la guerra.
A pesar de utilizar anteojos, la violencia
del choque me produjo una fuerte conmoción interna que se manifestó a través de
balbuceos, incoherencias, temblor general y un excesivo rubor en las mejillas.
¿Qué tal que fuera mala?
¿Qué tal que hubiera malos?
12
La consigna era tomarnos a como diera lugar
la fortaleza llamada Libertad. Nos armamos de valor ya todas las armas habían
sido compradas por los ejércitos miserables de los países miserables. Pusimos
el amor sobre os hombros e iniciamos el camino (Un filósofo cristiano nos dijo
que el amor es liberación. Le creíamos)
Cantos de victoria acompañaban nuestro paso
Las primeras escaramuzas fueron infructuosas.
Una bala de fusil israelí derribó el amor que
llevaba en el hombro. Me quitó un peso de encima pero también me quitó la
esperanza.
Otro tanto pasó a mis compañeros. El amor es blanco
fácil.
Emprendimos la retirada.
Nos alejamos de la libertad, muchos con el
amor maltrecho sobre los hombros; otros, los más desafortunados con el amor
“chuletiado”
Algunos amores sobreviven sobre los cadáveres
de algunos compañeros muertos.
¿Cómo podremos recuperar los amores
abandonados?
13
¡Esperanza!
Venía más allá de los cerros. Traía el
cabello desordenado, la blusa hecha jirones y los jeans sucios.
Traía los pies desnudos y traía su hermosa
sonrisa dándole la vuelta a toda la maleza.
Su mirada era lejana, como la paz. Impulsado
por mi desenfreno, empecé a correr en su busca, con los brazos extendidos, con
el corazón abierto, con el alma a todo tope....
¡Pasó junto a mí! (Sin mirarme siquiera,
veloz como un pensamiento)
Tomó el camino de las espinas y se alejó.
Aún con los brazos abiertos grité su nombre.
El rebote de las ondas sonoras contra la montaña, me lo devolvió – su nombre- un
poco magullado. Fue la única respuesta.
Corrí por el camino de las espinas,
llamándola, amándola, alcanzándola.
Al final luego de un sobrehumano esfuerzo, la
alcancé, la tomé por la cintura, le dí vuelta y la besé, pero no era ella,
Esperanza.....
Era una estatua de gelatina Royal, que algún
Lot de nuestros días había dejado abandonada cuando huía de una nueva Gomorra.
14
Aconteció el último verano
El último gran verano adormilante, verano
cárcel tapiado de calor y de sed.
Bajo las alas de los pajaritos, gruesa gotas
de sudor oscilaban antes de precipitarse al vacío.
El sudor
de los pájaros.
Volando en bandada, el sudor cae como lluvia
sobre el campo.
Hasta llenan el caudal de los ríos y llega al
mar.
Por eso el agua del mar es salada.
Aconteció el último verano.
Yo era feliz. Recibía mi frente la caricia de
la lluvia axilar de pájaro y mis labios bebían la dulce humedad de la boca de
Laura, pero.....las bandadas de pájaro se fueron para dar paso a bandadas de
aviones de combate que sudaban bombas.
Sudor mortal
La boca de Laura sabía a gasolina y a muerte.
15
¡Qué fácil es herir a alguien a quien tienes
cerca!
Basta con apuntar bien aprovechando su
confianza.
No cerrar los ojos y accionar el gatillo
Lo difícil es no sentir que se traiciona algo
16
Quiero decirte algo.
Ya has aprendido a ser feliz con tu pareja en
treinta lecciones; ya sabes cómo hablar en público;
ya sabes como ganar amigos y cómo hacer el
amor a una mujer (y a un hombre si fuera necesario);
ya estás gordo de catecismos
manifiestos,
constituciones;
has terminado tus cursos acelerados
de astronauta,
de horticultor autosuficiente,
de hombre,
de piojo;
ya sabes de memoria dos millones de citas
citables del Reader’s Digest; ya sabes manejar el Directorio Telefónico, El
Yoga Elemental y los Diez Mandamientos (Tu decálogo de cabecera); recitas (y
muy bien) apartes de “La Poética”, “El Pequeño Organón” y “La Política” del Estagirita;
asombras a tus contertulios con las Odas de Horacio;
seduces a tus amigas (las pilas) con Petrarca
y Villón y a las otras con Manzanero y Montaner; conoces entre un millón la
cabeza de un alfiler; eres experto en crawl y espalda; te sabes hasta cien los
números en inglés, finlandés y alemán.
Ahora quiero decirte algo: ¿Aún tienes
preguntas?
17
Diente de león
Diente de piñón
Diente sonriente
Dientecito, dime tú...
¿qué puedo hacer?
Echale agua a tu diente sonriente para que
sea diente de agua y la sonrisa se ahogue
y pueda florecer una daga.
18
El viejo paracaidista cae en mi mente...
Es un golpe sueve, como de brisa.
El viejo paracaidista cae en mi mente
y se queda colgando de un pensamiento.
El viejo paracaidista es valiente.
No pide ayuda. No grita. No desespera
Tan solo se deja mecer y mecer....
Voces y carcajadas delirantes
Se sostienen con un hilo santo y seña:
tejido de Ariadnas y Penelopes; ninguna cae
tan solo se dejan mecer....mecer
El fuego arrasa los esqueletos de las moles.
Arden los hierros, crujen las maderas...
El viento aviva la muerte. Ella confortable
tan solo se deja mecer....mecer
El enano rodeado de sillas viejas y vacías
sueña con lejanas Lilipuths y en amores
de alto vuelo. No intenta levantarse ni
correr
Tan solo se deja mecer...mecer....
Al oriente hay una cuna sin bebé
Al oeste un tocadiscos con Imagine my
frustration
Ella llora
Gloria en el espejo
Ela, espejo y luz
Transparencia. Paranoia
Yo, en la esquina derecha del cuadro
No quiero quitar un ojo del sueño
No quiero
volver a despertar
Tan solo me dejo mecer...mecer....
19
Andaba como loco de un lado para otro,
haciéndome preguntas y sin la asesoría del Estagirita ni de mi profesor de
semiología.
A decir verdad, muchas las pude responder y
quedé satisfecho, pero al preguntarme ¿Qué es la belleza? Quedé inmóvil.
Suspendí temporalmente mi mayeutica
peripatética y perdí las ganas de orinar.
Después de dos meses, empecé de nuevo mi
antiguo régimen y un día, después de una de las tantas guerras, descubrí el
significado de la belleza: Me conmovió una imagen, la que prometí no olvidar
jamás......un niño, un hermoso niño de nueve años haciendo castillos de arena
alrededor del cadáver de su padre....
20
Vamos....Es mejor morir....es preferible
morir ahora y de cualquier manera....a continuar el resto de la vida llevándome
la mano a la nariz para tapar la pestilencia de los traicionadores, cerrando
los ojos para no ver la realidad mentirosa de la santa y tapando los oídos para
no escuchar los abominables pregones de los hipócritas que construyeron éxito
vendiendo sus conciencias.
Cerrar la vida al excremental torrente que
inunda las grandes Babilonias
Basta de destruir mi propio corazón creyendo
que con mis quejas destruyo el del mal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario