BLANCHE PEREIRA
Blanche Pereira, la montivedeana, siempre estaba pensando en el futuro.
“Todo es futuro” era su expresión favorita y sin temor a ser injusto, era la única expresión medianamente inteligente que salía de sus primorosos labios. “Todo es futuro”
“All is future”, dijo alguna vez a James, su quinto enamorado anglosajón y dejó constancia de su pensamiento también en la lengua de Shakespeare.
Y siempre se preparó para el futuro.
Llegó a cumplir sesenta años y esa era su única idea.
Idea fija: prepararse para el futuro, es decir para la muerte.
Esta le sobrevino justo en el momento en que hacía una fila para pagar un libro en la feria anual de las editoriales.
¿Y?
¡Qué ironía!
Blanche no alcanzó a leer su última adquisición: Cómo prepararse para el Juicio Final en catorce lecciones.
El futuro le llegó antes.
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