EN LA INMUNDA
No hay cárcel. No hay grilletes ni cadenas. Solo un espíritu libre vagando entre las palabras, deshaciendo significados, urdiendo sueños…....
Es confortable la certeza de no tener dueños.....
Las palabras se suceden con placentera lentitud. Quieren terminar en el epítome de todos los sentimientos de felicidad de amor que hay en el mundo.
Los pasos marcan las comas y los puntos.
Pero de pronto…la sombra
Busco en mi tránsito por las avenidas una sonrisa franca. Es porque estoy a un paso de caer dormido sobre los laureles que otros ganaron con corajudo esfuerzo......
¡Loor a los grandes capitanes de la acracia y a sus consignas de libertad!
¡Líbrame, oh, naturaleza de ser comprendido porque aquellos que nos comprenden esclavizan algo nuestro!
Varias veces me he sentido como hoy y quiero rehuir a cualquier compañía porque es que le dicen a uno tantas cosas: “Tranquilo hermano, deje y verá que todo va a salirle bien; no joda, teus preocupándose por cosas que no tienen la mínima importancia. Dejándose arrastrar por la apatía, consumiéndose en esos estados depresivos injustificables…Esta bien…la gente tiene dificultades…pero lo suyo…..¡Por Dios, eso no es problema….bla, y bla….!
Y dale que dale al trajinar de suelas sobre suelos tratando de escapar del consejo no pedido, hasta que en la tercera con diecinueve, te encuentras a un viejo conocido que ahora vive en Cali y te dice que esta buscando una “unidad” más el instrumental para montar su consultorio odontológico en la Sultana y dejar a todos los envidiosos de su familia y a la ciudadanía de Cali con la boca abierta. Te invita a tomar un café y llega la pregunta infaltable, certera como la muerte: ¿Y vos qué?
Y tener que callar unos segundos porque no sabes qué responder.....: ¡Bien!.....Estoy jodido Tengo una enfermedad grave en el alma y otra menos grave en el pipí.
¡Bah!
Es mejor inventar un cambio de tema.
Que tal la proeza de la gloriosa Selección Nacional…Imagínate, golear a Argentina.......¡y de visitante!
Pero tu alma y tu pipí importan mucho más que un derroche de patriotismo y terminas cayendo en el juego y contándole al viejo man todos tus males.
El, seguro de tener la res por los cuernos, se acomoda en la silla, pide otras bebidas, te pregunta si quieres comer algo y luego con un aprendido tono profesoral te dice que no hay que preocuparse.”Mirá, no te alarmés, venden unas inyeccioes de…(te entrega el nombre del medicamento al respaldo de una tarjeta que mando imprimir con su nombre a continuación del apelativo doctor, más una dirección, más un número telefónico) y te agrega que el remedio de lo segundo vendrá con la curación de lo primero”
Luego te dice, como insinuando despedida…” es una lástima que no pueda darte una mano”, pero que conoce a varios amigos (entre ellos a un compañero común de colegio) que pueden hacerlo,”que en verdad…me entristece encontrar a alguien tan querido y admirado padeciendo (vuelto mierda) una circunstancia como esta” y te ofrece sus servicios profesionales para cuando tengas una muela podrida o “cuando se te rompa la prótesis”
Luego con un corto estrechar de las manos, se despedirá echará a correr por la avenida con un mohín de desagrado mientras recompone un poco la dirección de la corbata.
Y te quedas otra vez en la inmunda..........pero
Luego otra vez, los pasos de silencio.
Y otra vez…..¡no hay cárcel!
Y de nuevo ir al frente con la confortable certeza de no tener dueño.
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