sábado, 21 de febrero de 2015

Lo cómico en literatura......(Pablo Besarón)


Lo cómico en la literatura por Pablo Besarón

El chiste, el humor, la comedia, lo cómico, la ironía, el sarcasmo, la burla, nociones que suelen confundirse o no quedar en claro sus alcances, son diferentes modos de desestabilizar los sentidos comunes y cotidianos. Suele tratarse de generar un efecto cómico a  partir de la transgresión de alguna regla implícita, o de poner en contraste elementos contradictorios que generan el efecto humorístico.   

            La comedia

 La comedia, entendida como género, desde Aristófanes, Menandro o  Plauto, se corresponde con la definición de Aristóteles en su  Poética: "La comedia es una imitación de hombres de calidad  inferior". Una división de estilos y géneros clásica, establece que  los hechos trágico-sublimes le pasan sólo a personajes de rango social alto, mientras que, los personajes populares y los hechos de la vida cotidiana son representados en forma cómico-burlesca.

La anécdota que se cuenta en las comedias transcurre en el lapso de una inversión de los valores de lo normal donde las apariencias, el  artificio, la lógica de los personajes que se disfrazan o simulan ser otros, domina sobre el orden de lo establecido. Se trata de una  inversión de los valores que rigen normalmente la vida cotidiana que vuelve a su cauce al final de la comedia, donde se produce una  restitución de la norma social dominante. En la comedia se produce  una ilusión de los fundamentos sociales amenazados, sólo para hacer   reír (Pavas, Patrice; Diccionario del Teatro). Si se transgreden las  normas convencionales, esta situación es momentánea y culmina con el  desenlace de la comedia
 
            El humor            

 En la comedia, el chiste se relaciona con una especie de  superioridad moral del espectador ante lo ridículo o ante las aspiraciones falsas del personaje burlado. El humor, en cambio, como   puede ser el caso del Tristan Shandy de Lawrence Stern, las Memorias póstumas de Blas Cubas de Machado de Asis, Seis personajes en busca  de un autor de Luigi Pirandello, o Papeles del reciénvenido de Macedonio Fernández, es, por un lado, una desestabilización del   lenguaje donde entran en juego la parodia, la ironía, la paradoja y  las constantes digresiones que rompen con las expectativas  previsibles del lector. En un sentido más genérico es una crítica al   orden de lo normal-previsible, e, incluso, se juega más con los  contrastes. Luigi Pirandello en su excelente ensayo El humorismo define al humorismo como un "sentimiento de lo contrario" producido    por la reflexión que descompone ideas e imágenes que generan ideas e   imágenes en contraste. En el humorismo no se produce un sentimiento  de superioridad de quien lee ante aquel elemento humorístico. Hay  una tensión en la cual, por ejemplo, al leer que el Quijote se   empeña en ver a unos molinos de viento como si fuesen gigantes, esta   situación, en sí misma, oscila entre lo cómico y lo trágico. El   efecto que produce en el lector la situación humorística oscila   entre la risa y la piedad.

            Lo cómico y la transgresión

 El efecto de lo cómico suele ser la transgresión a una regla  implícita que se presupone (Eco, Umberto; Los marcos de la libertad   cómica). Así, por ejemplo, las tiradas de tortas en una fiesta de  gala en un sketch televisivo son algo cómico porque hay una regla  implícita que presupone que tal situación va contra las reglas de lo  normal previsible de tales eventos sociales. Y, la risa, como  consecuencia de ver o leer algo cómico, si por un lado tiene que ver  con una tensión entre la identificación y un sentimiento de   superioridad ante el personaje burlado, también es una liberación de  tensiones.

            Lo cómico y el cuerpo    

 Otra constante de lo cómico tiene que ver con el hecho de resaltar los aspectos físicos, del cuerpo, de todo el ámbito de lo  "profano-vulgar" en desmedro de la supuesta espiritualidad que suele   darse como una máscara de las personas. Valle Inclán, en Luces de  bohemia hace hablar a un profesor catedrático sobre temas eruditos con la bragueta del pantalón abierta. Mijail Bajtín pensaba a las fiestas populares y a los carnavales de fines de la edad media y del renacimiento como situaciones de irrupción de la cultura popular en  desmedro de la cultura docta, eclesiástica y elevada de la época. La  situación del carnaval como instancia de transgresión de las normas  de lo establecido, donde, un mendigo puede disfrazarse de rey, son   situaciones donde todo lo que suele asociarse con lo "bajo-vulgar",  toman la iniciativa. El espíritu se hace cuerpo. Lo mundano, los  placeres inmediatos del cuerpo, sustituye a lo espiritual.

            Lo cómico y el lenguaje

Como características generales del humorismo y lo cómico en cuanto a   los usos del lenguaje y la retórica, cabe referirse a la parodia,   que consiste en la apropiación de un texto o de una serie de  convenciones literarias muy codificadas que se desestabilizan dentro  de los marcos de ese discurso (Oswald de Andrade que parodia la frase de Shakespeare "To be or not to be" diciendo "Tupí or not  Tupí"); la sátira, que, a diferencia de la parodia, es una crítica    social o moral extratextual; la ironía, que consiste en una  diferencia discursiva entre lo que se dice y lo que se quiere decir   (supongamos, nos encontramos con una hermana que engordó 10 kilos y   le decimos: "¡Qué flaca que estás!"); la hipérbole, que es un figura  retórica que consiste en usar palabras exageradas e inverosímiles  para describir algo (como en el poema "A un hombre de gran nariz" de  Quevedo, donde se dice: "Érase un hombre a una nariz pegado,/ érase  una nariz superlativa"...); el grotesco, que es una exageración, una    deformación y una puesta de contrastes en la descripción de un  personaje o situación resaltando los aspectos del cuerpo en la descripción (el catedrático hablando con la bragueta abierta); etc.

            Conclusión

En líneas generales, la comedia, lo cómico y el humor implican una  desestabilización de los sentidos previsibles. En este sentido, son  instancias comunicativas que presuponen a un lector, a alterar un    cúmulo de presupuestos que maneja el lector. En la comedia, la  transgresión que presupone el argumento se desbarata al final de la   historia para ratificar la norma común. La transgresión, como en la   situación del carnaval, es momentánea: al final de la comedia, así  como al otro día del carnaval, se restituye el régimen de lo    establecido. Son, en cierto modo, falsas transgresiones, o, en todo   caso, la transgresión está pautada, reglamentada y acotada en el  tiempo.

  El humorismo, en cambio, es una desestabilización de los sentidos   que no presupone una transgresión efímera. Es una propuesta crítica.  No presupone una regla a ser restituida porque no se plantea como   algo diferente a una supuesta realidad cotidiana. Como constante en   todo tipo de situación desestabilizadora, se advierte una fuerte   deformación y puesta en evidencia de los contrastes y de los  opuestos en lo que se dice. En todos los casos, se trata de una  deformación de la realidad.

 

            

             

 

 

 

 

            

 

 

 

 

   

 

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