lunes, 25 de noviembre de 2024

Taurineando ando - Cuentos anómalos - Fernando Arias Alvarez

 



Taurineando ando

(al maletilla del Samper Mendoza)

“Fueron las monjas las madres del niño aquel que sin padres quedó; con ellas en el convento, su infancia feliz pasó…..”

Su infancia, su juventud también y de no haber sido por aquel feroz toro tigrero, posiblemente también su madurez y su senilidad.

Esta historia se contaría de forma diferente y todo iría “a pedir de boca” de no ser porque desde que el chaval tuvo uso de razón empezó a espiar a sus semejantes en la intimidad del claustro. 

También desde que el chaval tuvo uso de razón, empezó a preferir entre las espirituales filas a Sor María, una joven aragonesa, alta, de una belleza incuestionable, una luminosa inteligencia y una bondad enternecedora. 

Sor María desarrolló un afecto especial por nuestro valiente jovencito. Frecuentemente se los veía pasear juntos por los amplios jardines del religioso recinto. 

Alguna vez sor Mercedes, una monja asturiana, lengüilarga,  los sorprendió unidos en un inocente beso. Imagínense el tremendo escándalo que se armó. Sor María fue castigada severamente y obligada a permanecer doce años en su celda orándole al señor para expiar su culpa. 

Pasaron unos años y nuestro adolescente comenzó a mostrar un desbordante interés por las fiestas taurinas. Ensayaba en el jardín ante la mirada complaciente de las monjas. 

Cierto día una novicia andaluza, quien había adquirido gran simpatía por el jayán se permitió ayudarle en la dura  brega. Armada de unos cuernos, avanzaba en dirección al trapo rojo que el mozuelo esgrimía con mucho garbo. Desde entonces, la novicia y el muchacho se hicieron inseparables. La madre superiora vio esta relación con malos ojos así que expulsó de la orden religiosa a la inquieta novicia. Entonces, el pilluelo puso sus dulces ojos  en los no menos dulces de Sor Cristina, una monja gallega de hermosa sonrisa, quien corrió suerte parecida a la de sus antecesoras. 

Después vinieron en su orden sor Teresa, sor Felipa; sor Angela, sor Floralba, sor Eugenia, sor Teresa del Chaco, sor Isabel, Sor María de los Ángeles y hasta la pura sor Andrea. 

La madre superiora, cansada de tomar tan severas decisiones, pero siempre comprensiva y cariñosa, pensó que si el muchacho tomaba la alternativa, posiblemente cesarían sus tesoneros instintos amorosos con sus monjas. Fue así como por intermedio de fray Augusto Perilla, un moje que había sido empresario taurino antes de entrar a la vida consagrada, consiguió una oportunidad para el muchacho, nada menos que en el ruedo de Las Ventas en la capital mundial del arte de Cúchares. 

Desde ese momento no hubo otra cosa en el convento que no fuera los preparativos para la gran tarde de Fermincito quien aparecía en el cartel como “El niño de Cocorná” en honor al municipio donde se cree que nació en un lejano país de suramérica,

Esa tarde llegó.

Una tarde hermosa, con sol radiante, la belleza española en todos los tendidos, muchas flores y en barrera, todas las monjas del convento. Vino el paseíllo, música, aplausos….. Suena el clarín. 

Primer toro para el debutante;  pases artísticos con el capote. Ovación general, tercio de varas, Aplausos, Tercio de Banderillas, Ovación y llega el momento del brindis. El matador coge su muleta. Pide permiso a la Presidencia y va a brindar a las monjas. 

Bueno, fue en ese instante  y no en otro, cuando el joven torero descubrió los ojos profundamente hermosos de sor Patricia, la monja gaditana que siempre rehuyó a sus avances. 

Fue como un relámpago. 

Nunca más pudo apartar su vista de esa preciosa mirada que irradiaba orgullo y coquetería. 

El toro lo embistió por la espalda, arrinconó a Fermincito contra las tablas y dio varias vueltas al ruedo exhibiendo su humano trofeo que no cesaba de mirar a sor Patricia. 

Se escucharon gritos, ayes, alaridos, toda una gama de lamentos, estupor general,  llanto. 

De los ojos de las monjas brotó un mar de lágrimas, tantas que el ruedo comenzó a inundarse rápidamente. Hubo pánico. Nadie pudo salir, excepto el agua que bañó la ciudad, cubrió todo el valle e hizo temblar a las montañas. Fueron millares y millares de muertos. Una gran catástrofe. 

¿Ven ustedes lo peligroso que es el amor que se  desborda?


Castas y solitarias - Fernando Arias Alvarez (Cuentos anómalos)

 


CASTAS Y SOLITARIAS

 

A la ventana, escondidas tras las cortinas que el tiempo pinto de gris, tímidamente sacan a orear sus amarguras. Registran cada movimiento en el vecindario con la minuciosidad del cronista medieval y la crueldad de la envidia.

 

De noche,  hasta el amanecer, asaltadas por el insomnio, hacen un balance del día y lo registran en un cuaderno de esos que antaño se usaban para llevar la contabilidad de una empresa. Luego se desnudan en silencio y se tocan y retocan en el más grotesco de los patetismos.

 

Al otro día, sin falta, madrugan a la iglesia católica y confiesan sus pecados, eso si, ante el confesor joven que le ayuda al párroco.

Luego, vuelven a estar listas para su singular manera de contar las horas.

 

Tías Lala y Carlota, se encargaron de mí cuando a mis padres se les dio la gana de morirse….

Entonces yo acababa de prestar el servicio militar y tenía casi veinte años,  Lo único que necesitaba de ellas más que su estabilidad económica era un sitio para vivir en la capital….

Claro no  fue fácil persuadirlas de “que sus aristocráticas maneras eran apoyo vital para mi carrera”. A regañadientes me aceptaron, eso sí, en una buhardilla retirada de sus aposentos.

No sabían, tampoco yo, que nuestra vida en común iba a convertirse en un auténtico infierno.

Ellas podían desatar en mí el más desenfrenado de los enojos y a veces la menor de sus quejas producía en mi tal desorden que en muchas ocasiones la policía tuvo que controlar mis expresiones agresivas  y yo, no sabía nada de su azarosa vida secreta. Hasta una tarde en la que extravié las llaves y tuve que pedir prestadas las de ellas. Entonces lo supe.

Tenían las dos sus rodillitas peladitas de tanto rezar en las parroquias, pero el resto del cuerpo lo tenían gozoso  de los placeres que les procuraba Onán.

 

Desde ese día, todas las tardes las sorprendía en su singular desorden......Ellas se daban cuenta de mi presencia y les complacía aún más la mirada atónita que se ponía en la ventana...Eso les daba más vigor en las embestidas de goma que encontraba refugio entre sus carnes y más fuerza a los gemidos de placer que intentaban atenuar con el “Viejo amor” en la voz de Ortiz Tirado que sonaba con todo el volumen en el viejo tocadiscos.

 

Yo no decía nada.

Me limitaba a responder lo que me tocaba del rosario posterior que todas las tardes a las seis se rezaba en la casa. Era eso o no cenar, era eso u olvidarme de recibir al otro día la generosa cuota diaria para cumplir mis obligaciones académicas.

Esa era mi vida por aquellos años y la puerta de entrada en la gran ciudad a la que ahora vuelvo para rescatar en pesos lo que perdí en años.

No me considero un ave de rapiña, de esos deudos que sueñan con la muerte de sus seres queridos para caer con cizaña contra lo que queda de sus bienes y fingen lágrimas y dolor en los funerales. El derecho a heredar es mío y la muerte de las dos cotorras en un acontecimiento beneficioso para mí y para toda la humanidad. Librarse de ese par de arpías, malas, chismosas, tacañas, deshonestas es bueno para la comunidad….

 

El final se presentó cuando invité a una chica de la universidad a estudiar en mi buhardilla.

Las dos arpías no sintieron mis ojos en la ventana y Lala salió a husmear por la buhardilla. No pude evitar que me sorprendiera con Claudia en situación de compromiso. El enojo fue brutal.

Escándalo como el que ellas me hicieron no se había presentado jamás en el barrio hasta el punto de llamar a la policía para que me expulsara inmediatamente de la buhardilla sin concederme el más mínimo tiempo para recoger mis cosas. Fue inútil cualquier intento de defenderme. La policía había intervenido anteriormente por lo que tenía antecedentes.

Todas las maldiciones fueron  para mí y no tarde en enterarme  que habían llamado al párroco para que exorcizara el lugar no sin antes haber lavado la buhardilla con agua bendita.

 

Pero nuestra relación no terminó ahí. Ellas cegadas por la ira hacían todo lo, posible para encochinarme  porque querían verme en la cárcel.

No se cómo, pero lograron hablar con el decano de la facultad y me acusaron de todos los delitos que uno se pueda imaginar. Me pintaron como el más vil y despreciable de los habitantes del paplaneta tierra. Me cogieron con los pantalones abajo como se dice coloquialmente y la verdad es que yo jamás sospeché de su maldad.

Era imposible imaginar  lo que eran capaces de hacer esas santas señoras a las que el párroco había prometido un par de hornacinas en el templo para fijar sus estatuas de santas. Es verdad. No es una exageración de mi parte motivada por el deseo de venganza.

Lala y Carlota abandonaron su “puesto de vigilancia” en la ventana para ir casa por casa corriendo el rumor de que se me buscaba por cielo y tierra por intentar violar a una compañera de estudios en la casa y como ellas habían intervenido a favor de la muchacha, yo había intentado violarlas a ellas.

Eso les justificaba la presencia de la policía en la casa.

Debido a tan grave denuncia, pesaba sobre mí una orden de captura y por esa razón tuve que abandonar la carrera universitaria y alejarme de la ciudad.

No me atreví a entregarme esperando que se aclararan las cosas pues conocía el poder venal que  ellas habían heredado en la aristocracia venida a menos que había tenido que quedarse en la capital.

Era David  contra Goliath, pero sin la honda.

 

La historia dio un giro inesperado años después cuando la policía me encontró en Santa Marta. Para mi sorpresa, no me arrestaron y por el contrario me notificaron que yo era el único heredero de la fortuna de las Hermanas Eulalia y Carlota Charry Azuero quienes habían fallecido en un trágico incendio de su vivienda.

Pero las sorpresas no pararon ahí.

Años después, al demoler la edificación encontraron restos  humanos que al ser investigados eran los restos de mi  padres….

A ellos no se le dio la gana de morirse….a ellos los asesinaron para apoderarse de la propiedad que estaba a nombre de mi padre..,,,y las asesinas fueron nada más ni nada menos que sus hermanas, las Tías Lala y Carlota, esa dos pías e inofensivas feligresas de la Parroquia de San Diego quienes con la complicidad de un reconocido proxeneta del centro de Bogotá necesitaban apropiarse de la casa para montar un próspero negocio de prostitución.

Se presume que pusieron en estado de inconciencia a mis padres y luego con la ayuda del delincuente los tapiaron como en el cuento de Poe. Me aterra pensar que los enterraron vivos.

Poco a poco se fueron revelando detalles de la escabrosa doble vida de mis tías a través de los relatos de los vecinos del sector que conocieron de primera mano las bondades y perjuicios del negocio montado con mucha discreción pero que no dejaba nada a la imaginación más degenerada,.

Donathien Alphonse debe sentirse orgulloso  de sus hijas…..

Paz en su tumba.

 

 

 

 

 

 

 

domingo, 24 de noviembre de 2024

Farandulitis (Odio filial) - Fernando Arias Alvarez

 


ODIO FILIAL

(Farandulitis)

 

PERSONAJES:


CHANTAL, joven y bella promesa del modelaje colombiano formada en colegio de monjas.

DEBORA, exitosa modelo colombiana formada en México, hermana  menor de Chantal. Envidiosa, mal hablada.

GASTON MAURICIO, fotógrafo de modas de gran éxito y poca calidad. Formado en Hemphill Schools por correspondencia.

ABUELA, anciana  encargada de la crianza y la formación de las dos mujeres por la ausencia permanente de sus padres.

MARTIN, pretendiente informático de Chantal. Formado por los salesianos. Tímido, apocado, pero….

MODELOS, bellas todas ellas, todas bien formadas.

 

1

 

(Estudio de publicidad durante la grabación de un comercial. Ultima toma)

CHANTAL: ¡Hola! Mis manos son hermosas porque uso crema Charlie….!Miauuu! (Aplausos)

GASTON: ¡Es todo! ¡Perfecto!! ¡Excelente! ¡Gracias Chan!….Te avisamos cuando llegue el dinero…..

CHANTA:  ¿Y qué ha pasado con el proyecto de la petrolera?

GASTON: En estos días se concreta. Te llamaré cuando se vaya a grabar el próximo proyecto. Buen fin de semana para todos. (Chantal permanece sentada y lentamente se quita el maquillaje. (Con expresión de odio  aparece Débora. (Se acerca y toca el hombro de Chantal)

DEBORA: ¡Aquí estás! ¡Mosquita muerta! ¿Pero sabes qué? ¡Gastón Mauricio es mío! (Sale. Chantal permanece sentada hasta que de sus bellos ojos brotan sendas lágrimas)

CHANTAL: (al público) La llegada de Gastón Mauricio a mi vida ha representado la mayor alegría. Huérfana  siendo apenas una bebé, cuidando a mi hermana, pasando de tía en tía y de casa en casa hasta quedarnos con mi abuela..  Siempre fui una muchachita tímida, apocada, triste. Débora siempre fue la consentida. Gastón Mauricio apareció en mi vida y  me abrió las puertas de un mundo nuevo…El modelaje se ha convertido en el motor de mi vida. No me imagino alejada de él….no imagino mi vida sin él.

 

2

 

(Casa de la  abuela. Chantal mira por la ventana. Débora mira una revista. Entra la abuela)

ABUELA: ¡Hola niñas! ¿Seguimos con la contrariedad? Ahora mismo vamos a aclarar las cosas. Chantal…¿por qué llegaste llorando?

CHANTAL: No fue nada abuelita…es que me arden los ojos.

ABUELA: (Abrazándola) Dime la verdad….¿El muchacho ese te está haciendo sufrir?

CHANTAL: Gastón Mauricio no tiene nada que ver..

DEBORA: Tiene todo que ver. Es mi novio y la señorita parece no entenderlo

CHANTAL: Es algo profesional.  No tengo la culpa de que Gastón sea especial conmigo, pero…

DEBORA: Me lo quiere quitar abuela……No le basta con haberme quitado el contrato de Charlie y ahora quiere quitarme al hombre de mi vida.

CHANTAL: ¡Eso no es cierto!

ABUELA: ¡Suficiente! No es bueno que peleen tanto….

CHANTAL: Abuelita: prometo que me alejaré del modelaje y de Gastón Mauricio si eso contribuye a no perder a mi familia. No hay un hombre en ese mundo que pueda apartarme de mi familia.

DEBORA: No seas hipócrita hermanita. Desde el día que me acompañaste al casting no has hecho otra cosa que coquetear con Gastón y por las noches te la pasas en la computadora hablando con otro galán…y con otro y otro.

CHANTAL: Eso es mentira……

DEBORA: Deja que la abuela   te revise el correo…Hay Martines, Santiagos, Felipes….mejor dicho la niña anda con los doce apóstoles. Hay uno que la lleva al cielo….un tal Martino…

CHANTAL: Martín Santiago es mi profesor de catequesis en la parroquia y estamos preparando niños para la primera comunión.

DEBORA: Pues quédate con tus apóstoles  y deja a Gastón en paz…!Respétame!

ABUELA: Nunca imaginé esto cuando las dejé ir a ese casting

CHANTAL: Yo no quería ir a eso, pero Gastón me llamó para hacerme unas pruebas.

DEBORA: Y te probó y le quedó gustando a los dos.

CHANTAL: ¿Por qué eres así conmigo? Soy tu hermana…

DEBORA: Una hermana no se acuesta con el novio de…..

ABUELA: ¡Basta ya! ¡Suficiente! Chantal va a sacrificar su carrera para que podamos vivir en paz. ¿Se puede, Débora?

DEBORA: ¿Qué?

ABUELA: ¡Vivir en paz!

DEBORA: ¡Si señora!

ABUELA: Dense un abrazo, como hermanas que son (Las dos mujeres se abrazan y Débora dice algo al oído de su hermana)

DEBORA: Esto no se va a quedar así, malparida.

 

3

 

(En estudio fotográfico Gastón Mauricio toma fotografías  a varias modelos)

GASTON: ¡Bueno chicas! Descansen por hoy….(Algunas modelos recogen sus cosas y se despiden de Gastón)

DEBORA: ¡Qué pena interrumpirte! No sabía que estabas tan ocupado.

GASTÓN: ¿Qué pasa? Estamos trabajando

DEBORA: Póngase serio, maricón. ¿Cree que no me he dado cuenta que ahora le está tirando los perros a mi hermana la reverenda?

GASTON: Solo a ti se te ocurre hacerme una escena de celos delante de tanta gente…Yo soy un profesional. (a las modelos) Señoritas, déjennos solos. (Agresivo encara a Débora) Mira primor, no me explico qué tienes en esa cabeza…..A tu hermana la contraté porque el dueño de Cosméticos Charlie se encaprichó con una fotografía que le hice y me la impuso. Yo por ella no siento nada que no sea lástima y no tengo la culpa si ella anda por ahí diciendo cosas que no son.

DEBORA: (abrazándolo) ¿Es cierto lo que me está diciendo?

GASTON: (Besándola) Claro que es cierto…gusanito

CHANTAL: (Apareciendo en la puerta) ¡Disculpen! Escuché sin querer y creo que es suficiente, de todas formas, gracias Gastón por….tu lástima….y no te preocupes hermanita. Son el uno para el otro. ¡Gusanitos!

GASTON: ¡Chantal! No es lo que parece…(Chantal se va y Gastón la sigue) ¡Chan! ¡Chan!

DEBORA: ¿Chan? ¡Qué lindo!  ¡Déjala! Yo me encargo de esa basura  y después me encargo de tí…Tienes muchas cosas que explicar…

 

 

 

4

 

(Plaza de mercado de un barrio  tradicional colombiano)

VENDEDORA: ¡A la orden! Bien pueda…tomates frescos, lechugas….Lleven baratico el tomate, la lechuga….Aprovechen las ofertas que tenemos para ustedes (Pasa Chantal y sin querer pisa un tomate) ¡Uste bestia! ¿Está ciega?  ¿Es que no ve por dónde anda? ¡Señorita Chantal…¿qué le pasa? ¿Por qué está llorando? Permítame que la ayude….

CHANTAL: No me pasa nada (Sale corriendo)

VENDEDORA: ¡Desagradecida! ¡Me estripó los tomates!

 

5

 

En una cafetería elegante se ha concertado una cita entre Chantal y Martín Santiago, pero la primera en llagar es Débora. Entra Martin y se sienta en un rincón. Débora se  acerca con coquetería.)

DEBORA: ¡Hola cuñado!

MARTIN: ¿Cuñado?

DEBORA: Tu debes  ser Martín, el novio de mi hermana….Mucho gusto yo soy Débora, hermana menor de Chantal.

MARTIN: Mucho gusto, pero yo no soy….

DEBORA: El caso es es…. Chantal me ha pedido que venga a decirle que lastimosamente no puede cumplir la cita porque le programaron un desfile de última hora y no puede negarse porque la diseñadora es su pareja

MARTIN: ¿Desfile? ¿Pareja?

DEBORA: Si, un desfile, una pasarela….Mi hermana es modelo y va a desfilar una línea de trajes de baño diseñados por su…. Bueno, por su  esposa

MARTIN: ¿Su esposa?

DEBORA: Si, su esposa. Mi hermana es, ya sabes… lesbiana…Creí que lo sabías.

MARTIN: Yo no sabía nada de eso. Ella me invitó para planear un trabajo de  catequesis y una jornada pastoral en la parroquia con los niños de primera comunión.

DEBORA: Pues mi querido amigo, debo desencantarlo. Mi hermanita, por si no lo sabía, lleva una doble vida. Todos en casa estamos preocupados porque no sabemos cómo alejarla del camino de perdición por el que anda…

MARTIN. No puedo creerlo. Ella es tan….

DEBORA: Pues créalo y le aconsejo que se aleje y busque a otra santurrona más honesta para esas catequesis y las otras.

MARTIN: Gracias por avisarme. Vine de muy lejos, parece que va a llover y me voy cuanto antes……

DEBORA: Satanás se vale de muchas argucias.

MARTIN: ¡Dios le pague!

DEBORA:!Amén!

(Sale Martin y segundos después llega Chantal  a la cafetería) 

DEBORA: ¡Aquí hermanita!  ¡Cómo estás de linda! Te invito a un refresco

CHANTAL: Gracias, hermanita. ¿Qué haces  aquí?

DEBORA: Pasaba por aquí y como hace mucho calor decidí entrar a tomar un refresco. Yo hoy invito ¿De qué lo quieres?

CHANTAL: De cualquier  sabor. Discúlpame, tengo que hacer una llamada….

DEBORA: No te preocupes. Haz tu llamada.

CHANTAL: No contestan.

DEBORA: Aprovechemos esta casualidad, hablamos  y arreglamos las cosas entre nosotras. Tu, hermanita eres lo único que tengo, mi hermanita mayor, mi ídolo…

CHANTAL: No me contestan….Voy a intentar otra vez.. Debió olvidarse. (Se aleja y Débora aprovecha esta circunstancia para poner un tósigo en la bebida de su hermana) ¡Raro!. Suena apagado. ¿Este es el mío?

DEBORA: ¡Hágale hermanita! Termina ya el refresco y nos vamos para la casa. Me alegra mucho que aclaremos  las cosas. No es bueno pelear entre hermanas

CHANTAL: Estoy de acuerdo contigo. !¡Ven, dame un abracito! ¡Hermanita consentida!

DEBORA: Eres  lo que más quiero en este mundo

CHANTAL: Nada podrá separarnos

DEBORA: ¡Claro, hermanita! ¡Hermanas por siempre! ¿Qué te pasa? Te pusiste pálida…

CHANTAL: De repente siento un dolor en el estómago….!ahh! ¡Duele! ¡Duele mucho!

DEBORA: ¿Estás embarazada?

CHANTAL: ¿Cómo se te ocurre? Nunca he estado con un hombre

DEBORA: Se me había olvidado que eres pura…. una mojigata..(Ríe burlona)

CHANTAL: ¿Qué le has puesto a mi bebida?

DEBORA: ¡Es el colmo! Ya estoy harta de que me culpes de todas tus desgracias..

CHANTAL: ¡Ayúdame por favor! ¡Me muero!

DEBORA: Pues aguante mija que no tengo minutos…Espera que vaya a una cabina a llamar una ambulancia (Sale con mucha indolencia)

 

6

 

(Pasillo de hospital. Hay un guardia en la puerta. Llega Débora)

DEBORA: Vengo a averiguar por la salud de la paciente de esta habitación

GUARDIA: Lo siento mucho, señorita, pero no puede pasar

DEBORA: ¿Por qué?

GUARDIA: Es un caso policial. Intento de homicidio. Están  investigando

DEBORA: ¿Homicidio? ¡Eso es terrible!. Mi pobre hermana asesinada…Mire señor, yo vengo de muy lejos a ver a mi hermanita…Déjeme pasar.

GUARDIOA: Tengo órdenes superiores de no dejar pasar a nadie

DEBORA: (Soltando dos botones a su blusa) Nadie se va a enterar….Solo tú y yo…

GUARDIA: Le repito señorita que no puede pasar

DEBORA: (Sacando del seno unos billetes) Y si te doy esto….solo un par de minutos. Nadie tiene porque saberlo…Vamos, tómelo

GUARDIA: ¡Está bien! Pero solo un par de minutos

DEBORA: ¡Eres un encanto!

GUARDIA: ¡Un par de minutos, por favor!

 

6

(Cuarto de hospital. Chantal conectada a varios aparatos. Entra Débora)

DEBORA: ¡Hola hermanita! ¿Estás malita? Pues así te quería ver maldita y si fuiste tan resistente a los venenos veremos si ahora te vas a escapar de esto….(Desconecta los aparatos a los que está conectada Chantal y esta convulsiona por unos cuantos segundos y se queda inmóvil). Ahora si…estamos a paz hermanita….(Va a la puerta) ¡Pronto!!!Pronto! Un médico….un médico. Algo le ha pasado a mi hermanita  (Al guardia) ¡Vaya y llame a un médico! (El guardia confundido no sabe qué hacer y Débora escapa impunemente)

 

7

(En sala funeraria. Varios parientes y amigos se congregan en torno al cadáver. Llegan dos hombres identificados como policías y preguntan por Débora.

POLICIA: ¿La señorita Débora Lasso de la Higuera?

ABUELA: Es mi nieta. ¿Qué pasa?

POLICIA: ¿Dónde está?

ABUELA: Es la que llora desconsolada al lado del ataúd. ¿Qué está ocurriendo?

POLICIA: Con permiso señora

ABUELA: Respeten el dolor ajeno…

POLICIA: Eso hago (Se acerca a Débora) ¿Débora Lasso de la Higuera?

DEBORA: ¿Quién la necesita?

POLICIA: ¿Es usted Débora?

DEBORA: ¡Soy yo! ¿Pero por qué tan serio?

POLICIA: Está usted arrestada

DEBORA: ¿Yo? ¿Por qué?

POLICIA: Por el homicidio de su hermana Chantal…

DEBORA: ¡Eso no es cierto! Hagan algo…No dejen que se cometa esta injusticia. (Todos los concurrentes permanecen en su sitio, callados, con cara de sorpresa) ¡No puede ser! Todos están en mi contra. !Soy inocente! Abuela, haga algo. !Soy inocente!

POLICIA: ¡Dígale eso al fiscal! Es inútil que lo grite aquí…

DEBORA: ¡Gastón, ayúdame, no me dejes sola!

POLICIA: ¡Andando! Vaya pensando en un abogado

DEBORA: Déjeme decirle algo…

POLICIA: Dígalo rápido

DEBORA: Usted es un hombre muy guapo, pero no tiene sentimientos…..

 

FIN

 

 

 

 

 

 

sábado, 16 de noviembre de 2024

Soy Gregorio, el gregario

 


SOY GREGORIO, el gregario

(Remedo afanoso de un texto de Anton Chejov)

 

Por primera vez en mi vida no voy a saludar ya que la experiencia me ha enseñado que nadie responde como debe ser a un saludo.

Mi nombre es Gregorio Coy Mendieta y lo digo por cumplir con cierto protocolo porque estoy seguro de que mi nombre no les dice absolutamente nada y mi papel aquí no es el de explicarles la razón.

He sido comisionado por el Departamento de Defensa para hablarles a ustedes, los que seguramente entienden temas intrincados,  sobre uno de los aciertos más importantes de  la humanidad en el campo de la defensa estratégica, la producción en línea del más portentoso  artefacto defensivo jamás conocido…nada más y nada menos que del submarino nuclear.

(Pausa y silencio)

Al parecer no les ha caído nada bien mi presentación así que lo intentaré de nuevo.

¡Buenas noches, querida audiencia!

¡Buenas noches, damas y caballeros;  buenas noches prestigiosos doctores!

Mi nombre es Gregorio Coy Mendieta (Risas)…Coy Mendieta…..Hasta ahora caigo en la cuenta…..Coime en dieta…. Con razón la risa. (Carraspea) Seguramente mi nombre, aparte del coime en dieta, no le dice nada a nadie y no voy a explicarles la razón pues no es el objetivo de estos encuentros.

Esta noche he sido comisionado para hablar a ustedes durante esta sesión de uno de los adelantos más importantes de la humanidad en el campo de la producción de armas defensivas. El tema de hoy es nada más ni nada menos que el poder belicista del submarino nuclear y el desarrollo de la industria bélica nacional.

Esta noche voy a disertar sobre el submarino nuclear hecho en Colombia, con tecnología netamente colombiana y mano de obra nacional y su proyección a nivel mundial.

La verdad es que es un tema apasionante, además de interesante. (Para sí) Es al revés: Interesante, además de apasionante! ¡Qué más da!

Y por tal razón, doy por supuesto que ustedes tienen los conocimientos necesarios  en física nuclear, química y aerodinámica suficientes como para aventurarnos en una charla de alto nivel científico. (Se afloja la corbata, estira los dedos)

Me tomaré la licencia de empezar esta charla con una información que a simple vista parece elemental y anecdótica, pero que es el eje de referencia en lo que concierne a los adelantos realizados por el hombre contemporáneo, el hombre de la era científica, como muy acertadamente ha sido nominado por nuestra nueva generación de historiadores. ¿Ustedes han leído por lo menos una de las amenas y proféticas obras de Julio Verne?

¡Lo suponía!

Monsieur Verne escribió una delicioso relato hace muchos años en la cual sus personajes viven una impresionante aventura a bordo de un submarino llamado Nautilus.   Increíble, insospechado en esa época. El capitán Nemo era su comandante.

Desde muy niño me aficioné a la lectura de sus obras. Mi padre solía comentar que yo era tan genial como él, incluso superior, decía, mi madre. 

Es a ella a quien debo todo lo que soy. Pienso que ella no fue solo una madre para mí, fue también una amiga, la mejor amiga que he tenido nunca;  no solo a mí me trata bien, es muy buena con todo el mundo. Ustedes la conocen: es la fundadora, propietaria y directora de este Centro de Estudios Superiores y desde hace ya nueve años, ocho meses y dos  días.

Ella me pidió que no olvidara decirles que soy emisario del Departamento de Defensa para ganarme su respeto y me dio  todos estos documentos para que se los leyera que igual si los leyera el mismísimo Einstein, todos terminan dormidos.  

No se imaginan el compromiso tan grande que se adquiere al tener como madre a una mujer tan brillante, a una mujer tan preocupada por el desarrollo moral e intelectual de su único error, digo de su único vástago, es decir, yo. Ella opina que para mí no existe la palabra imposible. Tal vez fue por eso que cuando yo tenía tan solo doce años me obligó a dictar una conferencia sobre el mágico, aunque difícil arte de cocinar en seco en Cefalú, el centro femenino de labores varias. El resultado fue aceptable.

Sin embargo, mi madre se mostró preocupadamente descontenta. Solo cursé hasta segundo año de secundaria pues mi madre se opuso a que continuara mis estudios con la firme convicción de que “para una mente tan despierta como la tuya, la escuela no es más que una pérdida de tiempo”,  un foco de costumbres contaminantes y  un sepulcro de la inteligencia.

La semana pasada  comenté a mi madre  la necesidad de cursar por lo menos el tercer grado de secundaria y ese atrevimiento me trajo como consecuencia inmediata la rebaja de mi mesada. Me suspendió el postre a la hora del almuerzo y me obligó a lavar y masajear  los pies de mi abuelito todas las noches antes de que se acueste. Mi abuelo es un adorable vejestorio artrítico que no se puede agachar. Además me escondió toda la ropa hasta la que me regaló al cumplir los cuarenta años hace menos de  un mes.

Creo haberles mentido al decirles que era una amiga. Mi madre es una tirana, es un demonio escapado del mismísimo infierno. Es un monstruo que durante los últimos tres meses no ha hecho otra cosa que avasallarme, que anularme que convertirme en un guiñapo humano. Perdón, en un despojo humano. Parece una hiena lista a hincarme los colmillos a la más mínima señal de liberación.  Me tiene sometido pero eso  pronto  se va a acabar, se va a acabar,  acabar. Ya no la soporto. (Mira asustado hacia el frente)

¡Llegó! ¡Ya llegó! Ustedes no se imaginan lo que pasará si se entera de lo que ha pasado aquí, si ustedes le dicen que no he dado la conferencia, por favor les suplico. Díganle que la charla ha sido excelente. (Aparece su madre en la puerta, Gregorio cambia sus ademanes)

Para finalizar no sobra recomendar la lectura juiciosa de las obras de Clausewitz y  del genial estratega colombo – israelí, Moses Van der Pong y les aseguro que al hacerlo comprenderán mejor el intrincado tema de los últimos adelantos en el campo de la ciencia y el de la tecnología que asombran al hombre contemporáneo. Agradezco mucho sus intervenciones y he tomado atenta nota para futuros encuentros.

Colombia será potencia naval. Buen viento y buena mar.

miércoles, 13 de noviembre de 2024

El Oscar que faltaba........Fernando Arias Alvarez

 


EL OSCAR QUE FALTABA

Para todo el mundo resulta familiar que una vez cada año en la ciudad de Los Angeles,  California,  la Academia de Artes Cinematográficas reúna a algo más de un millar de sus destacadas estrellas, luceros y demás elementos titiladores con el fin de otorgar más de medio centenar de premios especiales como recompensa a la labor realizada en los estudios durante los meses precedentes.

Tal ceremonia (olvidaba decir ceremonia) como toda ceremonia es solemne y como si fuera poco es fastuosa. Oigase bien: fastuosa. No se escatima derroche.  Los concurrentes, elegantemente vestidos, militarmente compuestos, desesperadamente tensos.

Desde el momento en el cual un señor casi siempre de corbatín o una chica de vaporoso  e incomprensible vestido, después de hacer un fino gracejo, anuncia el nombre del afortunado  ganador.  este y casi todos sus amigos expresan con intensidad la gran alegría que se apodera de sus voluntades. Igualmente, rostros duros contrahechos, expresiones de desasosiego, derrota y dolor aparecen en los rostros de los rivales de la fortuna.

Rivales y amigos de estos personajes famosos y no tan famosos  concurren a este evento cada doce meses con la secreta obligación de ganar el premio para poder hacerse a jugosos contratos, y. demostrar a los cuatro vientos que son más famosos, famosos y no tan famosos.

Los demás no podemos asistir.

El rostro celuloidal es el precio del tiquete; los que no  poseemos tal rostro, hemos de conformarnos con presenciar el evento por la televisión.

Existen premios para cada pequeña especialidad que posibilita la gran dimensión del séptimo arte: maquilladores, desmaquilladores, peinadores, despeinadores, vestidores, desvestidores, camarógrafos, luminotécnicos, sonidistas, etcétera, siendo los más importantes los que se otorgan a los actores, actrices, directores y, por supuesto, la gran película.

Como ven, se premia todo.

Excepto el que a mi parecer es el más importante, el público.

¿No creen que se merece un Oscar el público?

Imposible gritarán unos, ridículos bufarán otros, los demás se repartirán: “Lástimas”,  “loco”, “pobre hombre”, “imbécil” y una veintena más de expresiones cariñosas.

Pero atención, las siguientes son unas pocas razones de las innumerables que existen que hacen del público un factor determinante en el éxito o fracaso de la industria del cine y le dan un lugar en el elitista, esnobista. y más mundillo del arte cinematográfico de California para el mundo.

Veamos algunas:

-          Estamos de acuerdo en que el cine es un arte, el séptimo. Los hacedores del hecho cinematográfico, por lo tanto, son artistas. Bueno, en el cine, más que en cualquier otro arte, el artista no puede desarrollar su trabajo sólo por un placer, diríamos, onanista, entre otras cosas porque resultaría excesivamente costoso. Luego necesariamente existe un consumidor y ¿quién es el consumidor?

Usted, yo, nosotros el público.

 

-          La asistencia de público a las salas de cine para ver las películas (Obras de arte) nominadas al gran premio, es factor determinante en la decisión del jurado. Que se sepa, no se premia una película o a un trabajo actoral sin antes haber recibido el veredicto imparcial de las largas colas, perdón,….. del consumidor del producto.

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-          Dicha asistencia a las salas representa pesos, pesetas, libras, liras, coronas, escudos, dólares, euros (que en últimas siempre son dólares o euros), y sean estos, pocos o muchos tienen la virtud de motivar o desmotivar a los productores cinematográficos que en últimas son los dueños del negocio

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-          El público tiene que soportar largas y tediosas filas para presenciar la película de moda o la exitosa o la de cual o tal estrella. No importa que llueve, ni que truene, ni que el calor sofocante amenace con derretirlos. Allí está el noble público, aguantando todo con estoicismo. Esperando siempre la obra maestra.

 

-          Es el público quien ha de reaccionar con bostezos o dormir incómodo en una silla ante una cinta que no satisfizo las expectativas que le fueron creadas con antelación por la publicidad de los distribuidores. Es el público quien llora, ríe, se atemoriza o se sorprende ante las imágenes propuestas por él o por los genios de turno. Es el público quien, a pesar de tantas desilusiones fílmicas, continúa. espartanamente haciendo filas, pagando entradas año tras año y aquí allá, buscando en la pantalla alguna gratificación, un racimo de sueños diferentes.

Podría enumerar muchas más razones, pero aquí me detengo, pues he empezado a enojarme. Considero que con estas es suficiente. Muchos habrán cambiado de opinión, pero se estarán preguntando, ¿y cómo pensará este orate que se puede designar a algún individuo o algunos individuos del gran público para recibir el anhelado premio?

Pues muy fácil. Basta con encontrar un detalle, un elemento, un factor que opere como constante a una mayor cantidad posible de público.. Yo me permito sugerir un mecanismo posible, claro está, luego de haber descartado un centenar de posibilidades.

Hay una constante en cualquier sala de cine, en cualquier lugar del mundo.

Es, ni más ni menos, la casi compulsiva masticación de alimentos empacados y el exasperante ruidecito de los talegos que se deshace en entre los dedos o bajo los pies nerviosos de los espectadores afectados por la larga espera, o por la figura monstruosa de los villanos de la segunda dimensión.

Son muchos los casos en los cuales el beso apasionado del apuesto galán se acompaña con  el sonido “Crunch, crunch,” que hace un chicharrón al ser apretado por los dientes de una novia enamorada. Y muchos otros en que, fatalmente, el fugitivo de la justicia es delatado por el sonido que hace un talego de patacones, pisado por un insensato espectador de gafas y sentado en la última fila.

Otras veces, la sinfonía de chasquidos, pedos y eructos es incapaz de controlar  la furiosa avalancha destructora. que ocasionan  los malos de las películas al invadir los pueblos silvestres y pacíficos.

Incluso muchas veces, el adalid  de la ley y el orden, luego de controlar y poner a buen recaudo a una parranda de anarquistas, vuelve impotente su mirada hacia la sala, seguro de no poder vencer las mandíbulas destructoras.

Cuando aparece el inesperado (o esperado) “The end” y vuelve a reinar la calma, un mar de envoltorios queda esparcido por el piso como un mudo testimonio de la feroz contienda.

Mover mandíbula en el cine es una costumbre de la que es muy difícil sustraerse. Luego puede tomarse como punto de partida para instaurar un concurso que luego de las pertinentes eliminatorias, permita la elección de un ganador, un premiado con la anhelada estatuilla

Podría ser de esta manera: Concurso de masticadores.

-          Los administradores de cada sala de cine de cine y los. expendedores de comestibles, en cada una de ellas elegirán durante una función concurrida a un ganador para que represente la sala en el gran concurso.

-          Este ganador concursará con los ganadores de las otras salas y de allí saldrá un representante a nivel local, luego un ganador a nivel de localidades para el concurso regional y luego uno a nivel departamental o estatal y luego uno a nivel nacional y finalmente un ganador de masticadores a nivel continental.

-          Como son cinco los continentes, cada uno de los cinco representantes será nominado al Óscar como espectador del año.

-          La gran final se realizará  en la ceremonia anual en Hollywood, a la par con los otros premios y se les darán a los nominados sendas arrobas de patacones, chicharrones, besitos para que los consuman durante el acto de premiación.

-          Aquel que termine primero recibirá el Oscar al mejor espectador. En caso de empate, se les hará comer las envolturas.

Celebraría mucho que esta idea de justicia prosperara. En caso de no ser así, seguiré asistiendo a las salas de cine de mi ciudad para seguir deleitándome con la nutritiva batalla que libran mis dientes, siempre vencedores, y la batalla que libran los grandes realizadores por convencer a mí, a ti, a nosotros, el público.

Quito, Marzo 7 de 1984.

domingo, 13 de octubre de 2024

El loco de Piazzola

 




EL LOCO DE PIAZZOLA

 

Caminaba dando tumbos  por las callecitas bonaerenses que tienen eso “que se yo” hasta cuando, agobiado por el cansancio, me senté a la sombra de un árbol en la esquina de Arenales.

Trataba de cerrar los ojos,  pero no pude acomodarme como suelo hacer cuando estoy exhausto porque  apareció Nerón, el mismísimo nefasto emperador del Imperio Romano vistiendo un llamativo vestido de paño qué olía a nuevo y luciendo una elegante corbata italiana, si mal no recuerdo. En contraste calzaba unas desvencijadas sandalias, por entre las cuales se podían apreciar unos dedos regordetes que terminaban en unas uñas largas y sucias.

En un momento no pude reconocerlo

, puesto que la última vez que lo había visto, vestía a la usanza antigua…como debe ser

Se acercó dándome una fuerte palmada en el hombro y me dijo algo que no pude comprender. Fue entonces cuando pude advertir su inconfundible olor a taberna que exhalaba su aliento y a leche de burra  que despedía su cuerpo.

Le tendí la mano y él asió  afablemente  mi brazo y me ayudo a levantar. Le pregunté por su familia mientras caminábamos a lo largo de la calle y supe que estaba bien. su bella esposa con un poco de achaques por la artritis, en fin, nada grave. Hablamos de sus leones, del circo, de Roma, esa ciudad eterna que tanto amamos y recordamos

Claro, me abstuve de preguntarle por los cristianos porque “ni religión, ni política ni fútbol”, tampoco  mencioné lo del  incendio, temeroso de encender su mal carácter, porque, eso sí, yo le conozco muy bien. Sin embargo, me hizo algo así como un panegírico al cuerpo de bomberos de Roma y me habló mucho del invierno.

Nos detuvimos en un amplio salón de cafetería.. Pedimos hamburguesa a la milanesa y Coca Cola. Pagó con su tarjeta de crédito y me invitó a su apartamento para deleitarme con la lectura de sus últimas poesías y con su magnífica interpretación al piano de los clásicos. Como era una invitación tentadora, accedí. Pronto me encontré en un lujoso penthouse con una magnífica vista a la ciudad. Tocó el piano, leyó sus poemas, bebimos, cantamos, nos hicimos bromas hasta que, ayudado por el licor le pregunté por su actual ocupación pues supuse que debía hacer algo más que componer tan malos poemas y golpear horrendamente el piano.

Me contestó no sin cierto desdén, que era el presidente de la Compañía Polvorera Nacional o National, no sé qué Company  y que trabajaba particularmente divirtiendo a la gente con las novedades pirotécnicas.

Yo reí atrevidamente y repuse, que era el mismo hombre que había conocido. Siempre tan aficionado a la candela. Le aconsejé que tuviera mucho cuidado, pues por culpa de ese negocio en Roma  no le fue muy bien. En ese instante, el hombre empezó a transformarse en mi presencia. Su elegante vestido se convirtió en una toga; del piano saltaron cinco leones; el libro de poemas pasó a ser un foso lleno de áspides; el penthouse se convirtió en el sangriento circo romano. Su afabilidad cambió a ira.

En tal estado de cosas corrí  escaleras abajo hasta ganar la calle. Atravesé la vía Apia también el Jardín de las Vestales y al volver la cabeza vi dos enormes bolas de fuego que se perdían en el horizonte. Cansado y dando tumbos, me recosté contra un árbol. Abrí los ojos al sentir caer algo sobre mi cabeza. Pasé mi mano mientras miraba alejarse burlona a una paloma después de haber dejado en mi testa la huella de una mala digestión.

Recordé que debía seguir corriendo y corrí y corrí, corrí hasta quedar sin aliento otra vez mirando a Buenos Aires “del nido de un gorrión”

Mucha gente conversando, algunos leyendo y cuando fui a seguir mi camino me encontré frente a frente con  Ricardo Corazón de León, y……

“Ya sé  que estoy piantao”

sábado, 12 de octubre de 2024

La sonrisa del labrador

 


LA SONRISA DEL LABRADOR (Adaptación para teatro de “El rey de la máscara de oro” de Marcel Schowb

 

(El escenario está oscuro. Suena una música que semeja un quebrar de ramas, el estertor de un pájaro, el lamento de un hombre herido. Una luz intensa descubre el trono. La música adquiere un matiz erótico y entran al escenario dos voluptuosas bailarinas contoneándose y cubriendo sus rostros con sendas máscaras de tela. Bailan frenéticas y al final de la música las dos ocupan lugares simétricos al trono. Ahora la música se hace  fúnebre y aparecen dos sacerdotes con máscaras plateadas moviéndose hacia todos lados  con desesperante lentitud. Sin mirar a las mujeres se ubican a la derecha del trono.

A continuación, se oye un rock estrepitoso y  entran dos bufones saltando, revoloteando, mostrando al máximo sus preciosas máscara de madera en las que se dibuja una amplia sonrisa.. Cesa la música. y  los bufones cantan en melopea:

 Está en camino, prestos va a venir, el portador del poder está llegando al fin. La reunión empieza ya está aquí.. Está en camino, prestos ya está aquí, el dueño del poder ya está aquí.”.

Los bufones se colocan a la izquierda del trono. Suena una música majestuosa, brillante y entra al Palacio el Rey de la Máscara de Oro, quien se dirige solemne a ocupar su trono. Los demás hacen una venia y se le acercan.

El rey hace una señal y los bufones dan acceso a una pantomima horrorizante y grotesca.

El rey, excitado, desliza su mano por entre la blusa de una de sus mujeres y en ese momento es interrumpido por ruidos provenientes del exterior.)

REY: ( Levantándose enérgicamente) ¿Quién es él bellaco que se atreve a interrumpir de tal modo cuando estoy reunido con mis mujeres, mis bufones y mis sacerdotes?

(Entra un guardia con antifaz y se inclina frente al trono)

GUARDIA: Su majestad, mi rey, querido monarca, poderoso señor….. ese bellaco es un miserable hombre, un mendigo, una piltrafa humana que insiste en hablaros.

(En los ademanes del  rey desaparece el gesto de irritación y con benevolencia ordena.)

REY: ¡Déjalo pasar! (Sonríe imaginando la diversión que se avecina)

GUARDIA: Pero mi señor, inefable monarca, autoridad suprema….. además de venir como viene - que  ya es un irrespeto-  ese hombre trae el rostro descubierto.

(Al escuchar estas palabras, todos lanzan un alarido alarmante. Luego murmuran, se desmayan, se recobran. El rey, sin embargo, ordena de nuevo con un exagerado ademán de benevolencia)

REY:  De todas formas, que pase el mendigo. (El guardia sale exhibiendo un morboso servilismo y al entrar de nuevo tira por el piso a un anciano ciego y andrajoso, pero muy firme.

REY: ¡Incorpórate!.

MNDIGO: (Incorporándose) ¡Obedezco!

REY: ¿Quién eres?

MENDIGO: Un labrador.

REY:. ¿Qué quieres, labrador?

MENDIGO:. Sí el que ordena es el hombre de la máscara dorada, hablaré.

REY: ¡Lo soy!.

MENDIGO: Aunque no puedo ver, creo que es él, pero no está solo. Hay mujeres, percibo el olor de sus axilas perfumadas y la fragancia mortal de sus afeites. También hay bufones porque escucho carcajadas contenidas y sacerdotes  también porque, oigo  el triste parlotear de cotorras asmáticas.

REY: Supongo que no ha venido a decirme lo que hay en mi Palacio.

MENDIGO: Antes de venir me han contado que en este Reino todos están enmascarados y que tu máscara rey es de oro.

REY: No te han engañado

MENDIGO: Además, rey, sé que nunca habías visto rostros de carne hasta hoy el mío. ¡Escúchame señor!.  No conoces al pueblo que gobiernas, así como ni siquiera conoces a los que rodean.  ¡Ah, ya sé! Los de tu derecha son tus bufones porque están riendo y los de tu izquierda son sacerdotes porque cuchichean. Dime poderoso señor, ¿por qué tus mujeres hacen muecas debajo de sus máscaras?

REY: ¡Mientes! No sólo eres ciego de tus ojos, sino también de tu entendimiento. Los que señalaste como mis bufones son mis sacerdotes y los que dices ser mis sacerdotes son mis bufones. ¿En cuanto a mis mujeres, cómo podrías juzgar su belleza, ciego asqueroso?

MENDIGO: Ni las de ellas ni la tuya por ser ciego. ¿Pero tú? Tú mismo no sabes nada de los demás, ni siquiera de ti mismo. Tal vez los que son tus bufones lloran debajo de sus máscaras y tus sacerdotes bajo ellas ríen engañándote. Tal vez tus mujeres en sus verdaderos rostros reflejan una profunda insatisfacción. Y tú mismo quien sabe si no eres horrible a pesar de tus adornos.

(En ese instante, una mezcla de burlas., llantos, exclamaciones y estremecimientos configuran una danza macabra. El rey en su trono y el mendigo no participan.  Al terminar la danza del rey ordena)

REY: Arrojad  a este miserable, a los leones (a los demás) ¡Salir salid! ¡Quiero estar solo!.

(Una música tenue se posesiona de la escena. El rey camina por el escenario, quiere quitarse la máscara y no se atreve. Llora, vuelve a intentarlo, pero no lo hace. Por fin decide ponerse un disfraz y abandona el palacio. Camina hacia el bosque. En su recorrido se escucha una canción que dice;.

El rey va hacia el rey, su máscara va a caer.

Su paso es apresurado, su respiración fatigosa

 y las lágrimas caen por las mejillas que no ve.

El rey hacia el Rey, su máscara va a caer

 ¿Qué sorpresa tendrá el rey?

¿Será horrible su faz?

¿Será hermosa?

¿Será faz?

El rey va hacia al rey. Su máscara va a caer.

¿Qué espera a su majestad,

 al conocer por fin en su cara?

¿No llevará más su  dorada máscara?

¿Huirá, dejando el trono a su enmascarado  séquito?.

El rey va hacia el rey, su máscara va a caer.

 

(El rey se detiene ante un lago y mira atentamente la naturaleza circundante. Una hermosa lavandera llega y se apresta a iniciar su labor. El rey se le acerca. Le impresiona su belleza. Le tiende la mano…

REY:  Por primera vez, quiero adorar una cara desnuda. Voy a quitarme esta máscara que no permite respirar el aire que besa tu piel. Y luego iré maravillado a mirarnos contigo en el lago

(La muchacha trata de ayudarle, pero el rey no lo permite. Rápidamente deshizo los cierres y la máscara cayó sobre el césped. La muchacha lo miró un instante, emitió un alarido, tapó sus ojos con las manos dio media vuelta y otro huyó aterrorizada.  El rey desconcertado  se dirigió al lago y vio su rostro reflejado en el agua. Gritó mucho. Era leproso. Recogió su máscara, se la puso y retornó al Palacio.)

2.

El rey entra en la sala principal del Palacio y empieza a destruir los retratos de sus antepasados y en cada uno van apareciendo rostros horribles que se te burlan mientras una extraña música hiere el silencio. Terminada esta labor, el rey llama a su séquito. Uno a uno, van llegando y se ubican a su lado en actitud melosa.

El rey ordena:

REY: ¡Quítense las máscaras! (Todos saltan hacia atrás sobrecogidos)

REY: ¡He dicho que se quiten las máscaras! (Obedecen lentamente)

El rey mira detenidamente los rostros, dándose cuenta de que los bufones no pueden reírse. Sus rostros están deshechos por la amargura. Los sacerdotes muestran rostros lujuriosos y burlones.  Las mujeres exhiben rostros feos y estúpidos.

REY: El ciego no mentía.  Son unos miserables.  Me han engañado. (Va perdiendo sus ademanes reales) han estado divirtiéndome mientras se cagan interiormente. de tristeza; me han aconsejado mientras se burlan de mí y conspiran; se han acostado conmigo y prefiriendo no hacerlo:  Pero yo soy el más miserable de todos (Arranca. violentamente su máscara, los demás huyen despavoridos  gritando. El labrador aparece sonriente en una esquina. Desde ese momento, la escena aumenta en intensidad hasta el apagón final y es acompañado por la canción” Martirio secreto”.

¿Por qué huyen cobardes?

(El rey arranca sus vestiduras y en  una mezcla de risa en llanto, sale del palacio.

En el lago encuentra a la lavandera, quien al  verlo emprende veloz carrera.  El corre tras suyo, la ama

Por fin la alcanza se le echa encima y muere.)