BLANCHE PEREIRA
Blanche Pereira, la montivedeana, siempre estaba
pensando en el futuro.
“Todo
es futuro” era su expresión favorita y sin temor a ser
injusto, era la única expresión medianamente inteligente que salía de sus
primorosos labios. “Todo es futuro”
“All
is future”, dijo alguna vez a James Cornish III, su
quinto enamorado anglosajón y dejó constancia de su pensamiento también en la
lengua de Shakespeare.
Y siempre se preparó para el futuro. Llegó a cumplir
sesenta y tres años y esa era su única idea.
Idea fija: prepararse para el futuro, es decir para
la muerte.
Esta le sobrevino justo en el momento en que hacía
una fila para pagar un libro en la feria anual de las editoriales.
¿Y?
¡Qué ironía!
Blanche no alcanzó a leer su última adquisición: “Cómo prepararse para el Juicio Final en
catorce lecciones.”
El futuro le llegó antes.
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