lunes, 23 de noviembre de 2020


 

MANUAL DE EJERCICIOS PARA HACER CONTUNDENTE LA VOZ  Y LA MIRADA

 

INTRODUCCION

 

Esta mi voz, es una voz dolorida, azotada por el tiempo y por todo el peso las utopías. No es una voz dolorosa, porque el dolor ha sido domeñado tras la fecundación periódica de  quimeras nuevas.

Por ser dolorida y no dolorosa, mi voz es una voz en la que abunda la esperanza.

 

Bueno, es la misma voz de siempre (no es muy recia ni altisonante pero sí muy firme y decidida) solo que ahora suena renovada, tal vez por culpa del miedo que diario que crece sobre la geografía de nuestra cotidianidad.

Mi voz tiene una única pretensión: sobrevivir a mi muerte al menos unos cuantos días hasta que el olvido se encargue de eliminarme para siempre.

Por esta razón, callar no es aconsejable, más aún cuando se siente en el ambiente que es muy corto el aliento que resta.

 

Y he de darle vigor a mis palabras (Atención: no dije las palabras) aunque me cueste la vida, Es que hay tanto sicariato digital que una palabra puede llevarte a la tumba.

¿Quién, cuando todo parece estar perdido renuncia a utilizar sus pocas armas para enfrentarse con lo irremediable?

No seré yo el primero. No lo haré.

Voy a luchar con denuedo porque estoy convencido de que mi voz es una voz que algunas veces interpreta las voces de otros, cuya afinidad en el pensamiento y en la marginalidad hacen hermanas nuestras palabras.

Esta serie de ejercicios prácticos bien podría llamarse “Para condenados a muerte”, pero como todos lo estamos de una u otra forma en esta amada república signada con pregones de “libertad y orden para todos”, he preferido titular “Ejercicios para hacer contundente la voz y la mirada”

 

EJERCICIO 1

 

Levantarse una mañana y ponerse los ojos del otro durante todo el día (de ese que nunca mira de frente, para darse cuenta uno de lo que ese otro se pierde o para encontrar el encanto de los pisos y los rincones) Todo el día buscar pretextos para no despegar los ojos del suelo. No importa nada (No se recomienda el uso de colirio o de otras ayudas oftálmicas)

Si al finalizar el día se comprueba que es mejor una forma de mirar huidiza que una franca y confrontante…continuar haciendo el ejercicio toda la semana, todo el mes, todo el año, todo el milenio, eso sí, aguzando bien el oído para no perecer cruzando una calle o encontrando una bala perdida.

 

EJERCICIO 2

 

Levantarse una mañana y ponerse los pies del otro, del que se nos opone; del que  rivaliza con el menor signo de nuestra existencia y es capaz de hacernos desaparecer si le dejamos.

Andar sus pasos

Andar el mundo como lo hace él o ella. Sentir su sudor y su cansancio, oler a él o a ella, palpitar como él o ella lo hace.

Si al final es confortable ser como él o ella, entréguesele en cuerpo y alma y no le vaya a pedir –por nada del mundo- la llave de los grilletes

 

EJERCICIO 3

 

Levantarse una mañana y ponerse la sonrisa del otro. Descubrir que tan auténtica es su sonrisa, descubrir la feralidad de su sonrisa….se trata de descubrir

En ningún momento se hará teoría del ejercicio para no malograrlo como hemos hecho con el amor.

Andar por ahí con esa sonrisa ajena que nos pertenece a veces y de cuando en cuando…debemos compararla con la sonrisa propia, la de todos los días.

Darnos cuenta qué tanto de nuestra propia sonrisa nos pertenece, que tanto de ella nos representa.

Si al final resultamos  alejados de nuestra propia sonrisa y es la sonrisa del otro la que nos hace fuertes o serenos, cerciorémonos que ese otro – u otra_ sea lo suficientemente aceptado para no caer  el llamado “Síndrome de la hiena” pues eso ocasionaría el craso error de cometer errores con la sonrisa ajena.

 

 

EJERCICIO 4

 

No levantarse. Quedarse ahí mirando el techo e intentando –a fuerza de concentración- abrir un orificio por el que pueda pasar una estrella.

Este ejercicio no implica finalizar nada como en el último ejercicio de este manual. Se trata únicamente de “ociar”, de poner a prueba nuestro poder de concentración.

Si al final del ejercicio hemos abierto el orificio, habremos  abierto la puerta a una manera singular de ganarnos la vida. Si además de abrir el orificio hemos podido pasar la estrella no debemos preocuparnos nunca más

Pero si por el contrario fracasamos en el intento, no debemos echarnos a la pena. Nadie lo ha logrado.

Al final por lo menos habremos notado que hace falta un poco de pintura en las paredes

De tanto mirar el techo, nuestra mirada adquirirá una característica de lejanía y bastará “mirar cómo se mira un techo” para dar a entender tantas cosas que las palabras no logran significar……Luego, si hay palabras, estas serán disociadas de la mirada, para conferir al propietario un dejo de “meimportaunculo” que para otros mortales resulta ser atrayente

 

EJERCICIO 5

 

Gritar todo el día (Desde grito apagado hasta que le apaguen el grito)

 ¿Se han fijado en los ojos de las personas que gritan?

Esa mirada también es un grito. Ojos y grito se corresponden dando un tono de fiereza y de sincera armonía al conjunto de imagen y sonido. El ejercicio debe empezar con gritos cortos y casi inaudibles. Se va  aumentando volumen y reciedumbre en la medida en que el día más lo exija. (Se puede improvisar si el día es apacible)

El grito debe ser inesperado para causar sorpresa, pero debe nacer de las entrañas para que posea firmeza, autenticidad, poder de persuasión

Procúrese previamente prevenir complicaciones en la garganta mediante el uso de pastillas que la industria farmacológica ha producido para tal fin.

Los más difíciles son los primeros gritos. Una vez se tome uno confianza, se podré disfrutar el ejercicio e inclusive –sin perder vigor- regocijarse uno de las reacciones que nuestro ejercicio procura en propios y extraños.

Al finalizar el día, si no nos han encerrado en un pabellón para enfermos especiales, notaremos un gran sosiego en nuestro interior y dibujaremos en nuestras almohadas una amplia y sonora carcajada.

 

EJERCICIO 6

 

El empleo de  palabras cortantes todo el día.

Hay dos formas: acudir a un buen diccionario y proveerse de una gran cantidad de palabras cortantes para utilizar combinadas con esas que ya hemos aprendido o reconocer que todas las palabras son cortantes si usamos el tono preciso y las acompañamos de la actitud adecuada.

El ejercicio debe practicarse todo el día con todos los que nos rodean, sin consideración, para lograr el máximo de contundencia.

Las palabras deben causar efecto en los demás y debe quedarles claro que no estamos en un juego;  que tenemos el poder de convertir las palabras en un arma ya sea defensiva o de ataque según sea el caso; que tenemos el poder de la palabra

 

EJERCICIO 7

 

Solo el empleo de las palabras dulces. Contrario al día anterior emplearemos todo el tiempo la palabra dulce, la palabra empalagosa. Descubrir que la palabra tiene el poder  de convertirse en caramelo si se les da el tono y las actitudes adecuadas. Usarse sin reserva en todo momento, en toda ocasión sin  temor de parecer débiles o almibarado.

Se descubrirá que la debilidad o la fortaleza de las palabras reside en nuestro interior y que si logramos domesticarlas, podremos al fin comunicar eficazmente lo que sentimos, hacernos entender, atravesar el espejo.

 

EJERCICIO 8

 

Solo silencio. El día del silencio. Es aconsejable que este ejercicio se haga en el momento en el que lo sugerimos en esta instructivo. Nada mejor que el silencio para matizar los ejercicios anteriores. Pero ese silencio no debe ser una mera forma de descansar.

Ese silencio debe poseer  fuerza expresiva.

Debe ser un huracán de no palabras, debe permitirle a los ojos hablar por  todos los instantes

 

 

EJERCICIO 9

 

No levantarse nunca más.

He aquí una estupenda opción para todos los que dilatan el encuentro de por lo menos un día memorable, un día distinto. Si cada amanecer se convierte en el epítome de lo intrascendente, si cada mañana se nos vuelve la copia de mañanas similares repetidas en el tiempo…esta opción es maravillosa, única e irrepetible.

Se puede realizar el ejercicio con los ojos cerrados para no crear falsas alarmas o con los ojos abiertos para alarmar….

No se debe acompañar de ningún pensamiento, sentimiento, sensación, tic….de nada……

Solo se debe estar ahí….en trances de eternidad.

 

EJERCICIO 10

 

Si luego de los ejercicios anteriores no aprecia cambios sustanciales recomiendo el uso de gafas oscuras y tapabocas herméticos tan de moda en estos días de manera permanente y aléjese de toda forma de tecno-pandemia.

Si el optimismo es su fuerte haga un espacio en su conciencia para aceptar todo tipo de propuestas, desde cambiar su voto por un tamal, aceptar una coima, engañar a su pareja, traicionar a su mejor amigo, hasta postular su nombre para la presidencia de su país.

 

 

 

 

 

 

 

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