MANUAL DE EJERCICIOS PARA
HACER CONTUNDENTE LA VOZ Y LA MIRADA
INTRODUCCION
Esta
mi voz, es una voz dolorida, azotada por el tiempo y por todo el peso las
utopías. No es una voz dolorosa, porque el dolor ha sido domeñado tras la
fecundación periódica de quimeras nuevas.
Por
ser dolorida y no dolorosa, mi voz es una voz en la que abunda la esperanza.
Bueno,
es la misma voz de siempre (no es muy recia ni altisonante pero sí muy firme y
decidida) solo que ahora suena renovada, tal vez por culpa del miedo que diario
que crece sobre la geografía de nuestra cotidianidad.
Mi
voz tiene una única pretensión: sobrevivir a mi muerte al menos unos cuantos
días hasta que el olvido se encargue de eliminarme para siempre.
Por
esta razón, callar no es aconsejable, más aún cuando se siente en el ambiente
que es muy corto el aliento que resta.
Y
he de darle vigor a mis palabras (Atención: no dije las palabras) aunque me
cueste la vida, Es que hay tanto sicariato digital que una palabra puede
llevarte a la tumba.
¿Quién,
cuando todo parece estar perdido renuncia a utilizar sus pocas armas para
enfrentarse con lo irremediable?
No
seré yo el primero. No lo haré.
Voy
a luchar con denuedo porque estoy convencido de que mi voz es una voz que
algunas veces interpreta las voces de otros, cuya afinidad en el pensamiento y
en la marginalidad hacen hermanas nuestras palabras.
Esta
serie de ejercicios prácticos bien podría llamarse “Para condenados a muerte”,
pero como todos lo estamos de una u otra forma en esta amada república signada
con pregones de “libertad y orden para todos”, he preferido titular “Ejercicios
para hacer contundente la voz y la mirada”
EJERCICIO 1
Levantarse
una mañana y ponerse los ojos del otro durante todo el día (de ese que nunca
mira de frente, para darse cuenta uno de lo que ese otro se pierde o para
encontrar el encanto de los pisos y los rincones) Todo el día buscar pretextos
para no despegar los ojos del suelo. No importa nada (No se recomienda el uso
de colirio o de otras ayudas oftálmicas)
Si
al finalizar el día se comprueba que es mejor una forma de mirar huidiza que
una franca y confrontante…continuar haciendo el ejercicio toda la semana, todo
el mes, todo el año, todo el milenio, eso sí, aguzando bien el oído para no
perecer cruzando una calle o encontrando una bala perdida.
EJERCICIO 2
Levantarse
una mañana y ponerse los pies del otro, del que se nos opone; del que rivaliza con el menor signo de nuestra
existencia y es capaz de hacernos desaparecer si le dejamos.
Andar
sus pasos
Andar
el mundo como lo hace él o ella. Sentir su sudor y su cansancio, oler a él o a
ella, palpitar como él o ella lo hace.
Si
al final es confortable ser como él o ella, entréguesele en cuerpo y alma y no
le vaya a pedir –por nada del mundo- la llave de los grilletes
EJERCICIO 3
Levantarse
una mañana y ponerse la sonrisa del otro. Descubrir que tan auténtica es su
sonrisa, descubrir la feralidad de su sonrisa….se trata de descubrir
En
ningún momento se hará teoría del ejercicio para no malograrlo como hemos hecho
con el amor.
Andar
por ahí con esa sonrisa ajena que nos pertenece a veces y de cuando en
cuando…debemos compararla con la sonrisa propia, la de todos los días.
Darnos
cuenta qué tanto de nuestra propia sonrisa nos pertenece, que tanto de ella nos
representa.
Si
al final resultamos alejados de nuestra
propia sonrisa y es la sonrisa del otro la que nos hace fuertes o serenos,
cerciorémonos que ese otro – u otra_ sea lo suficientemente aceptado para no
caer el llamado “Síndrome de la hiena”
pues eso ocasionaría el craso error de cometer errores con la sonrisa ajena.
EJERCICIO 4
No
levantarse. Quedarse ahí mirando el techo e intentando –a fuerza de
concentración- abrir un orificio por el que pueda pasar una estrella.
Este
ejercicio no implica finalizar nada como en el último ejercicio de este manual.
Se trata únicamente de “ociar”, de poner a prueba nuestro poder de
concentración.
Si
al final del ejercicio hemos abierto el orificio, habremos abierto la puerta a una manera singular de
ganarnos la vida. Si además de abrir el orificio hemos podido pasar la estrella
no debemos preocuparnos nunca más
Pero
si por el contrario fracasamos en el intento, no debemos echarnos a la pena.
Nadie lo ha logrado.
Al
final por lo menos habremos notado que hace falta un poco de pintura en las
paredes
De
tanto mirar el techo, nuestra mirada adquirirá una característica de lejanía y
bastará “mirar cómo se mira un techo” para dar a entender tantas cosas que las
palabras no logran significar……Luego, si hay palabras, estas serán disociadas
de la mirada, para conferir al propietario un dejo de “meimportaunculo” que
para otros mortales resulta ser atrayente
EJERCICIO 5
Gritar
todo el día (Desde grito apagado hasta que le apaguen el grito)
¿Se han fijado en los ojos de las personas que
gritan?
Esa
mirada también es un grito. Ojos y grito se corresponden dando un tono de
fiereza y de sincera armonía al conjunto de imagen y sonido. El ejercicio debe
empezar con gritos cortos y casi inaudibles. Se va aumentando volumen y reciedumbre en la medida
en que el día más lo exija. (Se puede improvisar si el día es apacible)
El
grito debe ser inesperado para causar sorpresa, pero debe nacer de las entrañas
para que posea firmeza, autenticidad, poder de persuasión
Procúrese
previamente prevenir complicaciones en la garganta mediante el uso de pastillas
que la industria farmacológica ha producido para tal fin.
Los
más difíciles son los primeros gritos. Una vez se tome uno confianza, se podré
disfrutar el ejercicio e inclusive –sin perder vigor- regocijarse uno de las
reacciones que nuestro ejercicio procura en propios y extraños.
Al
finalizar el día, si no nos han encerrado en un pabellón para enfermos
especiales, notaremos un gran sosiego en nuestro interior y dibujaremos en
nuestras almohadas una amplia y sonora carcajada.
EJERCICIO 6
El
empleo de palabras cortantes todo el
día.
Hay
dos formas: acudir a un buen diccionario y proveerse de una gran cantidad de
palabras cortantes para utilizar combinadas con esas que ya hemos aprendido o
reconocer que todas las palabras son cortantes si usamos el tono preciso y las
acompañamos de la actitud adecuada.
El
ejercicio debe practicarse todo el día con todos los que nos rodean, sin
consideración, para lograr el máximo de contundencia.
Las
palabras deben causar efecto en los demás y debe quedarles claro que no estamos
en un juego; que tenemos el poder de
convertir las palabras en un arma ya sea defensiva o de ataque según sea el
caso; que tenemos el poder de la palabra
EJERCICIO 7
Solo
el empleo de las palabras dulces. Contrario al día anterior emplearemos todo el
tiempo la palabra dulce, la palabra empalagosa. Descubrir que la palabra tiene
el poder de convertirse en caramelo si
se les da el tono y las actitudes adecuadas. Usarse sin reserva en todo
momento, en toda ocasión sin temor de
parecer débiles o almibarado.
Se
descubrirá que la debilidad o la fortaleza de las palabras reside en nuestro
interior y que si logramos domesticarlas, podremos al fin comunicar eficazmente
lo que sentimos, hacernos entender, atravesar el espejo.
EJERCICIO 8
Solo
silencio. El día del silencio. Es aconsejable que este ejercicio se haga en el
momento en el que lo sugerimos en esta instructivo. Nada mejor que el silencio
para matizar los ejercicios anteriores. Pero ese silencio no debe ser una mera
forma de descansar.
Ese
silencio debe poseer fuerza expresiva.
Debe
ser un huracán de no palabras, debe permitirle a los ojos hablar por todos los instantes
EJERCICIO 9
No
levantarse nunca más.
He
aquí una estupenda opción para todos los que dilatan el encuentro de por lo
menos un día memorable, un día distinto. Si cada amanecer se convierte en el
epítome de lo intrascendente, si cada mañana se nos vuelve la copia de mañanas similares
repetidas en el tiempo…esta opción es maravillosa, única e irrepetible.
Se
puede realizar el ejercicio con los ojos cerrados para no crear falsas alarmas
o con los ojos abiertos para alarmar….
No
se debe acompañar de ningún pensamiento, sentimiento, sensación, tic….de nada……
Solo
se debe estar ahí….en trances de eternidad.
EJERCICIO 10
Si
luego de los ejercicios anteriores no aprecia cambios sustanciales recomiendo
el uso de gafas oscuras y tapabocas herméticos tan de moda en estos días de
manera permanente y aléjese de toda forma de tecno-pandemia.
Si
el optimismo es su fuerte haga un espacio en su conciencia para aceptar todo
tipo de propuestas, desde cambiar su voto por un tamal, aceptar una coima,
engañar a su pareja, traicionar a su mejor amigo, hasta postular su nombre para
la presidencia de su país.
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