CRISTOBAL MAGALLANES
Era un viajero, un
viajero indeclinable. Con una particularidad: Jamás salía de su casa.
Con barquitos de papel,
simulaba travesías.
Hacía posibles los
mares, con marineros y piratas. Construía tempestades y zozobras y en varias ocasiones
el desborde de una lágrima, precipitó una catástrofe.
Era como un dios, tenía
su propio universo….pero Cristobal Magallanes, el dios, nunca imaginó que su
pieza más preciada, un Titanic de cartón,… pintadito con esmalte, iba a
encallar y sucumbir sobre un charco de su propia sangre.
Santa Marta, enero de
2008
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