EL CRACK
Mirá.... ¡qué pobre es el negrito!
Pasa hasta doce
horas todos los días mirando el imponente estadio de fútbol de la ciudad.
A veces hace
cabriolas como si tuviera al frente un balón y al portero del equipo contrario.
Se rie, con esa sonrisa grande y blanca que ilumina su rostro.
Los chicos de las rutas escolares que pasan por ahí todos los días, se burlan de él y algunos le gritan desde la ventana: ¡Negro loco!.
¿Loco?
Mirá….que no es loco el negrito.
Lo que pasa es que
tiene los sueños intactos. Yo lo he visto en la calle Soledad con Ayacucho, vendiendo su cuota de periódicos y
lustrándole los zapatos a tanto
potentado indiferente, que me parece que más locos estamos nosotros, los
de las vidas hechas.
El viernes pasado
con el pretexto de comprarle el periódico le pregunté:
-
Oye negrito, ¿por qué pasás tanto tiempo frente al estadio?
Me reconoció al
instante y me regaló la mejor de sus sonrisas.
-
Mie seño, lo que pasa es que todas las noches sueño celebrando un gol
diferente
-
¿Todas las noches sueñas lo mismo?
Se rió con ganas
-
No seño. A veces sueño que soy el arquero
Y me atreví a ir
más allá:
-
Quiero decir....¿Nunca sueñas otras cosas?
-
Si seño...... Se lo que quiere decir..., hizo
una pausa bastante prolongada, como de actor aventajado y luego Yo sueño también con devolverle la justicia
a este país
-
¿Qué quieres decir?, le pregunté lleno de
curiosidad
El negrito me mira
con esos ojazos….y me pide que me agache para decirme algo al oído..
-
Lo siento por usted, seño….......me dijo con verdadera tristeza
-
No te entiendo…
-
En pocos segundos lo va a entender…..El tirano pasa por aquí todas las
mañanas a esta hora y hoy le tengo una
sorpresa en mi cajita de embolar.... Perdóneme usted....
No dijo más. No
volvimos a decir más.
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