CUENTAS CLARAS
A los que negaron la
existencia del amor sencillo y puro;
a los que creyeron
encontrar en el amor un vehículo más
para dominar y ocultar la perversidad;
a los que se
rebelaron contra el ansia general de vivir en paz;
a los que optaron por
convertirse en líderes populares sólo para merecer el reconocimiento de los
dueños de esta patria;
a los que se
conformaron con recibir unos pesos por los muchos latigazos recibidos;
a los que
traicionaron al amigo, renegaron del apellido, no tuvieron hijos para no
comprometer su reputación;
a los que
traicionaron al amor en nombre de un porvenir que nada tiene de cierto;
a los que abandonaron
la tranquilidad de una noche honrada para involucrarse en la barahunda del
falso pregón y la consigna tonta;
a los que vendieron
la conciencia por el precio de una oficina con escritorio propio y teléfono
directo;
a los que adulteraron
el significado de las palabras amigo y compañero;
a los que se
arrodillaron en secreto, fuera de las iglesias, para obtener una dádiva;
a los que se
arrodillaron en las iglesias para seguir empatando los pecados y los rezos,
aprovechándose de un dios perdonador;
a los que callaron
cuando el grito les quemaba la garganta
a los que
descalificaron mi profesión de soñador porque “eso no da plata”;
a los que se
compadecen de mi miseria y mi soledad...
a ellos....
a los exitosos....
¡no les debo nada!
(de "Cuaderno del hombrecito" de Fermín Hood)
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