POEMAS de Fermín Martino
LEGADO
Heredé
del poeta la certidumbre del hambre
y algunas palabras que en las noches
chocan sobre mi mesa sin salir heridas;
del músico tengo el deleite de cerrar los ojos
y dejarme poseer por el tarareo de la noche
eterna;
del que baila
poseo la inmensidad del horizonte
y la certeza de los espacios vacíos;
del que pinta, los colores, la caricia de un
trazo
la tranquilidad de las miradas;
del teatrero me quedó lo más importante:
El vicio del martirio.
Yo
De Brad Pitt, no tengo nada;
De Icaro, el sueño: ambición de alas
y el riesgo de firmamentos;
de un ángel, la vestimenta de cielos
y la pasión de arpas;
del diablo, el deleite de rebeldías
y la profusión de penas.
Bebo en la misma copa
en la que bebieron los muertos
y de tarde en tarde
recojo un poco de tristeza,
un poco de alegría,
un poco de locura
y las pongo a habitar
en las páginas blancas
que se turnan
para adornar mi mesa.
¡Y algo de amor!
Eso es todo
(De “Cuaderno del hombrecito”)
HIGIENE PARA AMOR RITORNANTE
Me cansé de andar siempre
así. Inhalando soledades,
exhalando humos baratos y
guardando penas
en un pecho atiborrado de
gritos mudos.
Esta tarde saldré de mi confortable encierro
unos minutos, a enfrentar la
ciudad fría a la que tanto temo.
No echaré atrás. No huiré.
Me reconoceré en los seres
que pasarán a mi lado;
me veré en los rostros
inconocidos
como en un espejo de feria,
deformante
Tal vez sonreiré si es que
es posible
una sonrisa de horror.
Antes de regresar,
compraré un vestido nuevo y
unas flores.
De nuevo en mi cueva,
Afeitaré mi barba con la
crema perfumada y las cuchillas
de cabeza móvil que me
regalaron hace muchos años
cuando cumplía años;
me lavaré el cuerpo
cuidadosamente
con ese jabón
de aroma viril que siempre
ha desentonado
con mi virilidad;
peinaré mi desgreño con
mucho esmero;
cortaré mis veinte uñas y
las puliré;
lavaré mis dientes con crema
de menta;
brillaré mis zapatos hasta
que reluzcan .....
Y luego........
Me pondré el vestido,
me pondré los zapatos,
me pondré los dientes,
y con las flores en la mano
quedaré bonito
buscando
-ahora si-
la mejor sonrisa
para mi amor
que está por llegar.
LAS MANOS DE LA MUCHACHA AQUELLA
Las manos de la muchacha aquella
sonrieron sobre mi cintura,
danzaron gozosas sobre mi piel
y se deshicieron en mi hoguera.
Sus manos, muchacha aquella,
son alas de mariposa núbil
que van bordando sobre mi cuerpo
los huellas de un domingo
henchido de amor y deseo.
Sus manos, muchacha aquella,
perfumes de presente, agonías
de dedos derritiéndose en mi carne.
Sus manos, muchacha aquella
dan forma al barro, que luego
con un soplo de amor, beso,
me aviva desde las entrañas.
Sus manos, muchacha, alegría
que posibilita la palabra
que a veces se nos escapa
entre un pajar de nubes
construido con despertares.
Sus manos, refugio de mil
y una soledades, recipiente
de lágrimas, suyas y mías,
cáliz que no se aparta de mi boca.
Sus manos, muchacha, tristeza,
galardón que obtengo
cada vez que mi boca
encuentra en su boca un latido.
Sus manos, son mi guía
conducen mis besos
dentro de sus besos
Sus manos, muchacha aquella
son mi Colada y mi Tizona
con las que enfrento
los embates del tiempo.
(De “Amor entre
abrojos)
TESEITO ENAMORADO
Envuélveme con tus besos
pequeña Ariadna;
quema mi cuerpo
sobre las brazas de tu cuerpo
y que tu canto
consuma mi lamento.
Tu canto:
Eco de todas las voces,
arrullo de hombres y de pájaros
Tu canto…
tapete del cielo
coro de nubes
lluvia cálida, viento temprano.
Tu canto de niña suave que ama.
¿Qué importa que otros te hayan encontrado primero?
¿Qué importa que muchos hayan quedados prendidos de tu hilo?
¿Qué importa que se hayan roto espejos
y resuelto laberintos?
Yo te encontré.
Bajabas dormida
entre las alas de un águila.
Desde entonces
tus pies descalzos me marcan
la senda a seguir
y el ritmo del corazón
OTRA GITANA
Negros, esos ojos tuyos
puñales clavados en mi espalda
Dagas rasgando mis heridas
Saetas saetando mis palpitares
Negros!
Esos ojos tuyos
Puñales
Dagas
Saetas
Dardos
Todos en dirección a mis ojos
¡Bronce!
Esa voz tuya de campana
Taladro de mieles en mi oído
Prolongados ayes de hace tiempo
Filo de lamentos
De dolor y de gozo.
Ojos tuyos, voz tuya
Raza de ayer
En cuerpo de mañana
En ti
Arde lo quemable que hay en mí
En fuego lento
-fuego arrullador-
Mi mano alcanza la humedad
de tu boca
mientras tu mano acaricia amorosa
mi billetera…
(De “Exmachina)
OTRO DIA
Pasan los días
vestidos de paño y corbata nueva
con rumbo a la oficina.
Pasa un cortejo fúnebre
llevando en andas
a la víctima
de un fuego amigo.
Pasa una multitud de sombras
no conocidas
vistiendo de negro
la calle de mi casa.
Pasan los “Hombres de Acero”
vociferando consignas de paz
y orgullo de nación;
Pasa Piero cantando que pasa
y reclamando derechos de autor;
pasan los perros callejeros
y toda la fauna
de la selva urbana…
Yo…..
desde mi ventana
sostengo entre los dedos
una colilla de tristeza…..
NOCHE
Luces artificiales
caen sobre la espalda
y los papeles virginales
de cada uno
de los eternos magos
que extraen de la manga de la noche,
música del aullido de un perro
que clama;
que hacen que un gallo
se vuelva amanecer;
que comparten el trabajo furtivo
con los ladrones
porque saben
que cuando todo está dormido
es la ocasión propicia
para romper las cadenas.
Se les denomina poetas
y tienen hambre de palabras.
(Sólo la noche sabe
que las palabras
tienen hambre de hombres)
(De “Sin horizonte”)
NUEVE DE LA NOCHE
La chimenea está encendida,
en su vientre se quema la
realidad
de un bosque ya lejano;
está lista la mesa, cubierta
por un mantel
de seda oriental
y adornada con un jarrón de
flores americanas;
están listas las tres velas
que coronan
un candelabro dorado;
están listas las sillas,
frente a frente
compartiendo la luz y la
oscuridad;
están puestos los platos,
las copas de vientre ancho,
la botella de licor
importado y el recipiente
que contiene el hielo
picado;
esta la música, esa
inmaterial bendición
de procedencia incierta en
la estancia;
están, también las gotas de
lluvia que golpean la ventana;
esta listo el camarero con
frac y corbatín
y un dolor en las piernas
por la espera.
Está listo todo.....
Sólo faltan....¡los amantes!
De “Amor
descobijado)
Notas
lejanas de cánticos de patria
en
tonos invencibles
que
adormecen cualquier miedo.
Sombras,
sangres, sombras..
Grandes
pasos
Discretos
Afelinados
Dormitantes.
El
corazón pariendo ayes
detrás
de matorrales.
Los
dedos tiemblan
y
sudan por la caricia
obscena
de los gatillos
Sonidos
anticipados de fieras ráfagas
visitan los oídos,
un
alarido sordo, prolongado
que
ojalá no me pertenezca,
¡eso
es la esperanza!
(De
“Atrapando pueblo”)
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