DOCTORA MAMA
Personajes:
ENRIQUETA: Ama de
casa, divorciada, treinta nueve años, once meses y veintiséis días. Aún
conserva rastros de su hermosa hermosura. Tuerce la boca al hablar
TERESA:
Hija de Enriqueta. Una hermosa joven, saludable, tolerante, no usa
anteojos
MABEL: Hermana menor de Enriqueta. Tiene un
lunar en la pantorrilla izquierda
ESCENA UNICA
(Son las 9:35 a.m. Sala
– comedor de un pequeño apartamento estrato cuatro en una populosa ciudad latinoamericana.
Hay de todo, menos espacio. Enriqueta va y viene hasta que se detiene frente a
su hija)
ENRIQUETA: ¿Qué
te pasa, hijita?
TERESA: Nada mamá. No te preocupes
ENRIQUETA:
(Alarmada) ¿Cómo no voy a preocuparme? ¿Cómo no voy a preocuparme, mi tesoro? Te ves muy
mal.
TERESA: (Disgustada)
Estoy bien…y ya sabes que no me gusta que me llames “mi tesoro”
ENRIQUETA: Esta bien tesoro, pero no me mientas….estás
muy pálida. Eso debe ser la úlcera. El médico te aconsejó que suspendieras el
consumo de café y no le haces caso. ¡El café! Deberías saber que cuando se
excede en el consumo de café, el organismo corre el peligro de…
TERESA: (Exasperada)
¡Ya no sigas mamá! No estoy enferma y te pido, te suplico, te imploro que no
juegues al médico conmigo.
ENRIQUETA: (Atónita) Jamás te habías comportado así.
TERESA: ¿Así? ¿Cómo?
ENRIQUETA: Así…..tan….brusca,
tan … Estoy segura de algo…Un malestar de etiología silenciosa te obliga a
portarte así y sin ir más lejos…es el estómago. Recuerdo que cuando era joven,
sufría de unos intensos dolores de estómago. Que me hacían poner muy agresiva.
Tanto como tú ahora…..Tesoro, conozco el remedio….te vas a tomar una tisana bien
caliente con….
TERESA: (Furiosa)
¡Ya no más, mamá! (Enriqueta, estupefacta) Mamá….te repito que estoy bien, no
me duele nada, no me duele el estómago, no me duele la cabeza, no me duelen las
muelas…..nada me duele
ENRIQUETA: Entonces ¿qué te pasa?
TERESA: Nada
ENRIQUETA: Entonces
debes andar muy mal. A veces las enfermedades más terribles no se manifiestan
en la forma del dolor en sus etapas iniciales.
TERESA: ¿Qué quieres decir?
ENRIQUETA: Digo
que….no hay síntomas externos de la enfermedad, pero está, callada, silenciosa,
está lista para atacar. Pero un buen médico y en el momento oportuno…
TERESA: No necesito un médico. Contigo tengo y
me sobra
ENRIQUETA: Gracias,
hija mía…..Pero yo lo único que puedo hacer por ti es aproximarme a un
diagnóstico certero; para la fase terapéutica es necesario contar con la
asesoría y la experiencia de un especialista
TERESA: Mamita….. eres muy buena conmigo y aprecio mucho tus
cuidados, pero te repito una vez más que no estoy enferma y que no necesito de
ningún médico, mucho menos un especialista
ENRIQUETA: ¡Un momento! ¿Qué fue lo que hiciste?
TERESA: ¿Hacer qué?
ENRIQUETA: Hiciste un movimiento compulsivo con la
cabeza. Déjame verte
TERESA: Apenas si moví la cabeza
ENRIQUETA: Reconozco
un movimiento compulsivo…..no discutas….saca la lengua…
TERESA: No seas ridícula
ENRIQUETA: No
protestes (enérgica) Saca la lengua
TERESA: Pero mamá
ENRIQUETA: ¡Sácala!
TERESA: Esta bien (exhibe su lengua)
ENRIQUETA: Está
mal. Esto está mal, muy mal
TERESA: ¿Mal?
ENRIQUETA:
Presentas un enrojecimiento crónico en la lengua. Eso, es un irritable indicio
de que estás padeciendo una enfermedad que puede ser muy grave
TERESA: Si
tengo la lengua rojiza es porque acabo de comer un caramelo de fresa
ENRIQUETA: ¿Un
caramelo de fresa? Sabes muy bien que no puedes comer caramelos. Eso aumenta el
caudal de azúcar en la sangre y no sólo eso: también produce como daño
colateral, problemas en la dentadura…Vamos, abre la boca otra
vez….veamos…..una….dos…. cinco….siete piezas dentales en proceso de
descomposición
TERESA: ¿Siete?
ENRIQUETA: ¡Siete! Y si sumamos el problema gástrico por
el consumo de dulces; a una inminente certeza de una diabetes y a su posible
impacto en el aparato psíquico, no encontramos en una encrucijada somática de
la cual únicamente, lo repito, únicamente, se puede salir con la ayuda de un
profesional. Ya te decía yo que esa palidez, esa extraña y matutina palidez no
era un ente aislado de la etiología facultativa….
TERESA: Pero
mamá, hace dos semanas visité al doctor Quintero y no me encontró ningún
problema. Antes, por el contrario, me dijo que nunca antes había visto a
alguien tan saludable.
ENRIQUETA: (Muy
académica) Los médicos también se mueren, hija mía. (convencida) Además es bien
sabido por todos los traumatólogos que las enfermedades más terribles
sobreviene de manera intempestiva.
TERESA: Yo
me siento muy bien mamá, así que deja de preocuparte. Me siento mejor que nunca
ENRIQUETA: No te
dejes engañar por las sensaciones de beneplácito. Detrás de ellas se
esconde, siempre, un organismo fallando
TERESA: No
sigas, mamá, creo que la tía Mabel ya se despertó y no me gustaría que te
escuchara…No debemos arruinar el primer día de su visita
(Enriqueta,
refunfuñando se aleja de su hija. Teresa hojea una revista. Al poco tiempo
aparece en la sala Mabel, viene
despojándose de una toalla que cubría su cabeza)
MABEL: (A Enriqueta) ¡Buenos días, hermanita. (a
Teresa) ¡Buenos días, Teresa….Estás muy linda
hoy. Te ves de maravilla
TERESA: Gracias tía.. En verdad que me
siento muy bien
ENRIQUETA: (a
Mabel) ¿Dormiste bien? Ah, esos viajes tan largos la dejan a una como para
reposar toda una semana
MABEL: Me vine por avión
ENRIQUETA: Peor
aún. Esos viajes en avión la dejan a una más extenuada y estresada. Pero
pregunté si habías dormido bien y no me contestaste
MABEL: Si, dormí bien ¿por qué tanto
interés?
TERESA: Mamá
quiere saber si tuviste alguna pesadilla o si la almohada estaba muy alta y
amaneciste con dolores en el cuello o si caíste de la cama y te torciste un
tobillo…o…
ENRIQUETA: ¡Teresa! Te está prohibido que utilices ese
tono conmigo.
MABEL: No les parece que es muy temprano para andar peleando
ENRIQUETA: Yo no
estoy peleando. Mabel, no me respondes bien del todo. Déjame verte bien ¿de
verdad dormiste bien? ¿te sientes bien?
MABEL: ¿Por qué me miras así?
TERESA: (entre dientes) Es la mirada del
facultativo
ENRIQUETA: Te
oí….tesoro, te oí perfectamente y debo decirte que me parece una falta de
respeto y consideración con una persona que lo único que busca es el bienestar
de los que ama. (a su hermana) Bueno, Mabel….voy a prepararte el
desayuno…..unos huevos con….no huevos no porque contienen mucho colesterol y ya
sabemos que el exceso de colesterol produce obstrucciones arteriales y
MABEL: ¡Hermanita….!
ENRIQUETA: Chocolate
tampoco por la misma razón y no quiero yo ser la causante de una embolia, un
aneurisma…una trombosis…Oh,…...tamales menos porque….
MABEL: ¡Hermanita….!.
ENRIQUETA: Si, los tamales contienen abundancia de
elementos grasos que….
MABEL: (gritando) ¡ Enriqueta!
ENRIQUETA: (asustada) ¿Qué? ¿Por qué me hablas así? Me has gritado
MABEL: Hermanita…..perdóname…..es que yo no se como decírtelo, pero yo…yo no
desayuno
ENRIQUETA: ¿Cómo que no desayunas?
MEBEL: No desayuno, no suelo hacerlo, yo
nunca desayuno
ENRIQUETA: Eso está
mal, pero muy mal. La inapetencia matutina trae consigo riegos y peligros para
la salud en fases posteriores
TERESA: No más, mama!
MABEL: No más Enriqueta
ENRIQUETA: Estoy
segura de que no estás bien, ven, déjame tocarte la frente, tomarte la
temperatura…Ves, estás ardiendo, estado febril absoluto
MABEL: Si mi frente está caliente es porque
tenía una toalla en la cabeza, me estaba secando el pelo.
ENRIQUETA: Estás
loca! Estás loca! ¿Cómo se te ocurre secarte el pelo en ayunas y después de un
largo viaje? Estás a punto de sufrir un colapso.
MABEL: (A Teresa) ¿Qué hacemos?
TERESA: Déjamelo
a mí…..¡Mami, mamita linda, mamacita…!.. Muchas
gracias por preocuparte por la salud de nosotras, pero a cambio de eso, deberías
preocuparte un poquito por la tuya.
ENRIQUETA: ¡Mi salud!, ¿qué pasa mi salud?
MABEL: Por si no lo has notado, estás un
poco…gordita
ENRIQUETA: ¡Yo no estoy gorda!
TERESA: Gorda, gorda, no…..pero si bastante
rellenita
ENRIQUETA: ¡Mienten! (pausa) No puedo creerlo…..mi
hermana, la consentida, a la que le dedique muchos años de mi juventud…y mi
hija, mi propia hija…se han aliado para humillarme, para hacerme sentir
desgraciada, para burlarse de mí..
TERESA: No te pongas tan dramática
MABEL: Nuestra intención no era esa
ENRIQUETA: Se muy
bien cuál era la intención…..pero está bien, búrlense, que un día, cuando estén
postradas en una cama, van a echar de menos a su madre y hermana. No se preocupen
TERESA: No digas eso..
ENRIQUETA: Y van a
arrepentirse de haberse mofado de mí…y cuando nadie les alcance un vaso de
agua, cuando nadie se preocupe por su temperatura, por sus resfriados, por sus
cólicos…entonces sí…van a acordarse…de esta mujer..
MABEL: ¿Qué hacemos?
TERESA: Creo que lo mejor es que nos vayamos y
regresemos cuando se le haya pasado la ventolera
MABEL: ¡Si!... Vamos
ENRIIQUETA: Claro,
se van, huyen….después de haberme ofendido…se largan, me abandonan. Que les
vaya bonito……ya se que no les importo, ya se que no merezco su atención….Váyanse….
lárguense……..pero antes….., pero antes quiero que me respondan una pregunta
MABEL: ¿Cuál?
TERESA: ¿Cuál?
ENRIQUETA: ¿De
verdad estoy gorda?
FIN