EL PASODOBLE
(Versión libre de un cuento de Guy de Maupassant)
PERSONAJES:
SONIA, anciana, mujer recia, reacia a
recordar, pero con muchos y perdurables recuerdos
SONIA, joven hermosa y autosuficiente que
vive el presente, estudiante de Teología,
madre soltera, desconcertante.
FERNANDO, anciano, un artista de la escena al
que la memoria muchas veces traiciona LORENA LONDOÑO, anciana, célebre
bailarina y actriz colombiana, compañera de Fernando y cómo él, con trazas de
demencia completa.
Introducción
(Música….Sobre un fondo de pantalla, podrán
verse imágenes significativas del Teatro y
Heredé del poeta la certidumbre del hambre
y
algunas palabras que en las noches
chocan
sobre mi mesa sin salir heridas;
del
músico tengo el deleite de cerrar los
ojos
y
dejarme poseer por el tarareo de la noche eterna;
del que
baila
poseo la
inmensidad del horizonte
y la
certeza de los espacios vacíos;
del que
pinta, los colores, la caricia de un trazo
la
tranquilidad de las miradas;
del
teatrero me quedó lo más importante:
El vicio
del martirio.
Primera escena
(Sonia V. una primorosa ancianita de ojos
tristes está sentada tras una
destartalada mesa tomando repetidamente apuntes de una enorme Biblia que tiene
abierta. Con parsimonia cierra el libro sagrado, se compone los anteojos y se
queda pensativa)
SONIA:
Las grandes desdichas no me entristecen
(pausa). He vivido la guerra de nuestro país muy de cerca y saltaba sobre los
cadáveres sin compadecerme. Las fuertes brutalidades de la naturaleza o de los
hombres pueden hacer que lancemos gritos de
horror o de indignación pero no nos dan ese pellizco en el corazón, ese
escalofrío que recorre la espalda al ver algunas dolorosas insignificancias
(pausa)
El más violento dolor que se pueda
experimentar, es cierto, es la pérdida de un hijo por una madre o de una madre
por un hombre. Empero, ciertas circunstancias, ciertas cosas entrevistas, nos
dejan en el alma como una estela de tristeza, un sabor de amargura, una sensación
de desencanto de la que tardamos mucho en desembarazarnos.
Siempre tengo ante mis ojos dos o tres cosas
que han entrado en mí como largos y
delgados pinchazos incurables. No les hablaré sino de una de ellas porque nunca
me he entendido bien con las palabras. Es muy antigua, pero está viva, como si fuera
ayer.
Tengo cincuenta años. En aquel entonces era
joven y estudiaba Teología en la noche, lo cual era muy pesado para mí o para
cualquiera en mi condición de madre soltera…
Era un poco alegrona, nada soñadora y me urgía
estar ocupada porque “el que piensa pierde”. Me apartaba a veces del bullicio
de las aulas, me levantaba toda la semana muy temprano y mi único placer y más
querido era pasearme sola cada vez que podía por el Parque Nacional…aledaño a
Segunda escena
(Parque Nacional. Sonia V., joven lee apaciblemente un texto sagrado. De
vez en cuando entorna los ojos. Momentos más tarde entra un viejo juvenilmente
vestido y se sienta frente a ella. La mira un buen rato…..
Al observar que ha captado la atención de
Sonia, súbitamente el viejo se levanta y
empieza a danzar. Sonia lo observa sorprendida, suelta una carcajada y el viejo
se va.
La estudiante de Teología continua con su
lectura unos instantes, luego saca un espejo
y se compone la sonrisa…al verificar que están en sus sitios sus enormes
encantos se dispone a marchar, pero la
detiene la llegada de una vieja, Lorena Londoño, quien de forma compulsiva
arroja comida a unas aves que no existen.... La viejita se va y Juana sale tras
ella sin recibir respuestas)
Tercera escena
(Parque Nacional. Sonia lee con impaciencia.
Es el poco tiempo que le queda para cumplir sus deberes académicos, pero al
mismo tiempo es colmada de curiosidades. Llega el viejo y ella finge no haberlo
visto. El viejo la mira unos instantes y súbitamente inicia su baile. Sonia
esta vez no se rie y observa con atención los movimientos del viejo. Este
termina su danza y mira hacia arriba)
SONIA:
(Amable) Hace un día hermosísimo, señor…
FERNANDO:
(Inclinándose) Si, señorita,…. hace un tiempo como el de antaño
SONIA:
¿Cómo el de antaño?
FERNANDO:
¡Si señorita.! Mi pasado está
lleno de días resplandecientes…….
SONIA:
Hermoso bastón
FERNANDO:
Si es hermoso…… Muy hermoso
SONIA: Debió costarle una fortuna
FERNANDO:
No me costó nada. Es un regalo del Maestro Buenaventura
SONIA: ¿Maestro Buenaventura?
FERNANDO:
El maestro Enrique Buenaventura, fue uno de los más grandes artistas
de este país. Conocí a grandes artistas de esta tierra. Algunos viven
todavía, pero casi
todo están en la miseria y no salen de sus aposentos a
menos que sea a sus propios funerales.
SONIA: Es muy triste terminar la vida de ese modo
FERNANDO:
¡Si, es muy triste...! Yo trabajé en
Teatro. La
aristocracia criolla acudía allí con sus hijos para ser
instruidos en la
magia del teatro y de la danza. Ninguno terminaba los
cursos. Vanidad, opulencia,
autosuficiencia, escasez de talento…No lo
necesitaban. Podían
comprar las carreras como se compra todo en este
país. Sin embargo,
eran otros tiempos….Ahora esta ciudad es más
sombría. Días como
hoy cada vez son más escasos, pero yo hago de
cuenta que son como antes, resplandecientes…..
SONIA: (Algo compasiva) ¿Sigue enseñando?
FERNANDO:
No. No me dejan, me jubilaron sin salario. Dicen que soy muy viejo
para hacer los esfuerzos que demanda el Arte.
Temen que un día de
estos se me pare el corazón y quede por ahí
tirado en la mitad de un
escenario (Sonríe).
Pero yo no se hacer otra cosa..
SONIA ¿Por qué no intenta enseñar en otra
parte? Una Academia privada, algo
por el estilo
FERNANDO:
¡Mi dulce señorita!
SONIA (Interesada) Yo no se bailar, me inscribiría
en su curso, es algo que….
FERNANDO: ¡No siga! ¡Es inútil! Lo dice porque le preocupa
el bienestar de un
pobre viejo como yo.
Se lo agradezco pero yo no lo necesito. Pude
ahorrar lo suficiente
como para estar holgado en finanzas cuando me
sobrevenga la muerte
SONIA: ¡No es eso lo que…..! Parece ser
usted muy extremista. Se toma todo
tan a pecho…….
FERNANDO:
Desde muy niño me aficioné por el arte. Mis padres al comienzo no
estuvieron de acuerdo,
pero una vez convencidos de que nada ni nadie
me haría cambiar de
opinión, me facilitaron las cosas. Tuve los mejores
profesores. Hasta tuve
un profesor italiano de renombre internacional.
Aprendí con pasión todos
los secretos del teatro y de la danza y muy
joven me vi incluido
en las mejores compañías del país. Viajé
muchas
veces al exterior y me sentía en libertad como
las aves cuando
vuelan. Fui intenso en
todo, ame con locura, amé con desespero, pero ni
el amor pudo alejarme del rumbo.
En el teatro, en la danza, en el vaivén precioso de la danza, en el
cadencioso movimiento del cuerpo, encontraba
el remedio para todas
mis aflicciones.
Flotaba por el aire como una pluma; volaba sin conocer
ni preocuparme por el
destino de ese vuelo; mis brazos eran alas que se
los palcos podía percibir los corazones en
vilo, contrayéndose ante la
impecable ejecución de
una difícil pirueta. Era grandioso……Pero me
hice viejo. Los escenarios me
fueron cada vez más esquivos y tuve que
resignarme, por amor a todo esto y por el
consejo de alguien a quien
quiero mucho, a la
enseñanza como una forma de seguir vigente.
Entonces tuve que ver
con orgullo y algo de envidia como mis pupilos
Se liberaban en escena
a través de los movimientos de sus cuerpos,
ágiles, jóvenes. La
elasticidad de sus miembros trascendiendo espacio y
tiempo con la música pegada a la piel….Fue
hermoso también, no lo
niego…Pero ya todo acabó. No hay nada.
SONIA: ¿Vive usted solo?
FERNANDO: Yo me casé con Lorena,
señorita……Lorena Londoño, la gran actriz y
bailarina, mujer amada por todos, mujer amada
que parece haber dejado
en el pasado, en el mundo, un olor de amor…
SONIA: (Sorprendida) ¿Lorena Londoño es su
esposa?
FERNANDO:
Si señorita. Se la presentaré si quiere, pero tiene que esperar. Ella no
viene hasta no
terminar sus labores en casa. Este jardín que usted ve
aquí es nuestro placer y nuestra vida. Es todo
lo que nos queda de
antaño. Me parece que no podríamos subsistir
si no lo tuviéramos. Esto
es antiguo
y distinguido….¿verdad?. Aquí creo respirar un aire que no
ha cambiado desde mi juventud. Mi mujer y yo
pasamos aquí toda la
tarde, pero yo vengo
antes que ella, pues aún tengo el viejo hábito de
observar a la gente..
SONIA No me importa tener que esperar.
Además tengo clases hasta las seis.
Conocer a Lorena
Londoño es algo que no me quiero perder por nada
del mundo. Me siento
tan….rara… ¡Venga, sentémonos…! Hablemos
mientras ella llega…
FERNANDO:
No hay razón para que se impaciente. Ya llegó. Discúlpeme (se levanta
y va al encuentro de
la viejita) “¡Oh, mayo…un perfume de flores
revolotea en los limpios senderos, un grato
sol se desliza entre las hojas
y disemina sobre
nosotros anchas gotas de luz…!” ¿Te gusto?
Lorena… ¿esta es la
señorita…..?
SONIA
¡Sonia!, me llamo Sonia (las dos mujeres se saludan y Lorena se queda
mirando fijamente a su marido)¡Ejem…! Perdón
que les
interrumpa…Estoy tan
emocionada que…señor…..mi gente, mis amigas
cuentan que la gente
deliraba al presenciar un pasodoble interpretada por
Lorena….. No se lo que
tengo que decir en un momento como este.
Explíqueme usted señor
lo que era un pasodoble…..Se lo ruego.
FERNANDO: (Emocionado) El pasodoble, señorita, es
drama, es un sentimiento
hecho furor ¿Comprende
usted?
Desde que no hay
toreros no hay pasodoble….El pasodoble….los
toreros…. en la plaza…
la vida y la muerte……hasta los tiranos se
estremecían como
niños….Sus mentes llenas de pensamientos de
sangre….se…No. no. No Era como si…..Se movían los brazos
así…un, dos,
tres…pasos hacía allá y una reverencia plasmaba en la
imagen del bailarín
toda una gama de…..Era todo armonía…La belleza
habitando el espacio que circunda a los
bailarines, el fuego del amor en
las piernas y una estela de luz descendiendo
por el aire y colocándose
en la sonrisa de….¿Me
comprende?
SONIA:
¿?
FERNANDO: ¡Lorena!….¿quieres, serías tan buena
que….que…que mostremos a esta
señorita lo que era el
pasodoble (Lorena mira hacia todos lados y en
silencio se coloca
frente a él y bailan y bailan al ritmo de un pasodoble
imaginario. Se abrazan
y se besan sollozando….)
Ultima escena
(Sonia, vieja, tras la mesa, apunto de acabar
con su labor
SONIA: Yo los miraba con el corazón lleno
de sensaciones extraordinarias y el
alma conmovida por una indecible melancolía.
Tuve muchas ganas de
reir, pero también tuve muchas ganas de
llorar.
No los volví a ver. Han destruido el viejo
Parque, el jardín, su jardín y a
menudo pienso…¿Qué habrá sido de ellos? ¿Han
muerto? ¿Andan
errantes por las
calles modernas como desterrados sin esperanza? ¿O
están danzando como grotescos espectros un
pasodoble fantástico entre
los cipreses de algún cementerio, o a lo largo
de los senderos
bordeados de tumbas al claro de
luna? Su recuerdo me persigue, me
obsesiona, me
tortura, permanece en mí como una herida…¿Por qué?
No lo se…. Encuentran
ustedes que todo esto es ridículo……¿no es
verdad?
FIN
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