sábado, 2 de julio de 2022

El pasodoble (Vesión libre de un cuento de Guy de Maupassant) por Fermín Hood

 

EL PASODOBLE

(Versión libre de un cuento de Guy de Maupassant)

 

PERSONAJES:

 

SONIA, anciana, mujer recia, reacia a recordar, pero con muchos y perdurables recuerdos

SONIA, joven hermosa y autosuficiente que vive  el presente, estudiante de Teología, madre soltera, desconcertante.

FERNANDO, anciano, un artista de la escena al que la memoria muchas veces traiciona LORENA LONDOÑO, anciana, célebre bailarina y actriz colombiana, compañera de Fernando y cómo él, con trazas de demencia completa.

 

Introducción

 

(Música….Sobre un fondo de pantalla, podrán verse imágenes significativas del Teatro y la Danza en Colombia……Sobre las imágenes, a viva voz o impresos, los versos de un poema:

 

Heredé del poeta la certidumbre del hambre

y algunas palabras que en las noches

chocan sobre mi mesa sin salir heridas;

del músico tengo el deleite de  cerrar los ojos

y dejarme poseer por el tarareo de la noche eterna;   

del que baila

poseo la inmensidad del horizonte

y la certeza de los espacios vacíos;

del que pinta, los colores, la caricia de un trazo

la tranquilidad de las miradas;

del teatrero me quedó lo más importante:

El vicio del martirio.

 

Primera escena

 

(Sonia V. una primorosa ancianita de ojos tristes  está sentada tras una destartalada mesa tomando repetidamente apuntes de una enorme Biblia que tiene abierta. Con parsimonia cierra el libro sagrado, se compone los anteojos y se queda pensativa)

 

SONIA:          Las grandes desdichas no me entristecen (pausa). He vivido la guerra de nuestro país muy de cerca y saltaba sobre los cadáveres sin compadecerme. Las fuertes brutalidades de la naturaleza o de los hombres pueden hacer que lancemos gritos de  horror o de indignación pero no nos dan ese pellizco en el corazón, ese escalofrío que recorre la espalda al ver algunas dolorosas insignificancias (pausa)

El más violento dolor que se pueda experimentar, es cierto, es la pérdida de un hijo por una madre o de una madre por un hombre. Empero, ciertas circunstancias, ciertas cosas entrevistas, nos dejan en el alma como una estela de tristeza, un sabor de amargura, una sensación de desencanto de la que tardamos mucho en desembarazarnos.

Siempre tengo ante mis ojos dos o tres cosas que han entrado en mí como  largos y delgados pinchazos incurables. No les hablaré sino de una de ellas porque nunca me he entendido bien con las palabras.  Es muy antigua, pero está viva, como si fuera ayer.

Tengo cincuenta años. En aquel entonces era joven y estudiaba Teología en la noche, lo cual era muy pesado para mí o para cualquiera en mi condición de madre soltera…

Era un poco alegrona, nada soñadora y me urgía estar ocupada porque “el que piensa pierde”. Me apartaba a veces del bullicio de las aulas, me levantaba toda la semana muy temprano y mi único placer y más querido era pasearme sola cada vez que podía por el Parque Nacional…aledaño a la Universidad que me hacía persona…..

 

Segunda escena

 

(Parque Nacional. Sonia V.,  joven lee apaciblemente un texto sagrado. De vez en cuando entorna los ojos. Momentos más tarde entra un viejo juvenilmente vestido y se sienta frente a ella. La mira un buen rato…..

Al observar que ha captado la atención de Sonia,  súbitamente el viejo se levanta y empieza a danzar. Sonia lo observa sorprendida, suelta una carcajada y el viejo se va.

 

La estudiante de Teología continua con su lectura unos instantes, luego saca un espejo  y se compone la sonrisa…al verificar que están en sus sitios sus enormes encantos se dispone  a marchar, pero la detiene la llegada de una vieja, Lorena Londoño, quien de forma compulsiva arroja comida a unas aves que no existen.... La viejita se va y Juana sale tras ella sin recibir respuestas)

 

Tercera escena

 

(Parque Nacional. Sonia lee con impaciencia. Es el poco tiempo que le queda para cumplir sus deberes académicos, pero al mismo tiempo es colmada de curiosidades. Llega el viejo y ella finge no haberlo visto. El viejo la mira unos instantes y súbitamente inicia su baile. Sonia esta vez no se rie y observa con atención los movimientos del viejo. Este termina su danza y mira hacia arriba)

 

SONIA:            (Amable)  Hace un día hermosísimo, señor…

FERNANDO:  (Inclinándose) Si, señorita,…. hace un tiempo como el de antaño

SONIA:           ¿Cómo el de antaño?

FERNANDO:  ¡Si señorita.!  Mi pasado está lleno de días resplandecientes…….

SONIA:            Hermoso bastón

FERNANDO:   Si es hermoso…… Muy hermoso

SONIA:            Debió costarle una fortuna

FERNANDO:   No me costó nada. Es un regalo del Maestro Buenaventura

SONIA:           ¿Maestro Buenaventura?

FERNANDO:   El maestro Enrique Buenaventura, fue uno de los más grandes artistas

                         de este país.  Conocí a grandes  artistas de esta tierra. Algunos viven

                          todavía, pero casi todo están en la miseria y no salen de sus aposentos a

                          menos que sea a sus propios funerales.

SONIA:             Es muy triste terminar la vida de ese modo

FERNANDO:   ¡Si, es muy triste...! Yo trabajé en la Opera como maestro de danza y de

                           Teatro. La aristocracia criolla acudía allí con sus hijos para ser

                           instruidos en la magia del teatro y de la danza. Ninguno terminaba los

                           cursos. Vanidad, opulencia, autosuficiencia, escasez de talento…No lo

                           necesitaban. Podían comprar las carreras como se compra todo en este

                           país. Sin embargo, eran otros tiempos….Ahora esta ciudad es más

                           sombría. Días como hoy cada vez son más escasos, pero yo hago de

                           cuenta que son como antes,  resplandecientes…..

SONIA:             (Algo compasiva) ¿Sigue enseñando?

FERNANDO:   No. No me dejan, me jubilaron sin salario. Dicen que soy muy viejo

                          para hacer los esfuerzos que demanda el Arte. Temen que un día de

                          estos se me pare el corazón y quede por ahí tirado en la mitad de un

                          escenario (Sonríe). Pero yo no se hacer otra cosa..

SONIA            ¿Por qué no intenta enseñar en otra parte? Una Academia privada, algo

                         por el estilo

FERNANDO:  ¡Mi dulce señorita!

SONIA             (Interesada) Yo no se bailar, me inscribiría en su curso, es algo que….

FERNANDO:   ¡No siga! ¡Es inútil! Lo dice porque le preocupa el bienestar de un

                          pobre viejo como yo. Se lo agradezco pero yo no lo necesito. Pude

                          ahorrar lo suficiente como para estar holgado en finanzas cuando me

                          sobrevenga la muerte

SONIA:            ¡No es eso lo que…..! Parece ser usted muy extremista. Se toma todo

                         tan a pecho…….

FERNANDO:  Desde muy niño me aficioné por el arte. Mis padres al comienzo no

                         estuvieron de acuerdo, pero una vez convencidos de que nada ni nadie

                         me haría cambiar de opinión, me facilitaron las cosas. Tuve los mejores

                         profesores. Hasta tuve un profesor italiano de renombre internacional.

                         Aprendí con pasión todos los secretos del teatro y de la danza y muy

                         joven me vi incluido en las mejores compañías del país.  Viajé muchas

                         veces al exterior y me sentía en libertad como las aves cuando

                         vuelan. Fui intenso en todo, ame con locura, amé con desespero, pero ni

                         el amor pudo alejarme del rumbo.

                         En el teatro, en la danza,  en el vaivén precioso de la danza, en el

                         cadencioso movimiento del cuerpo, encontraba el remedio para todas

                         mis aflicciones. Flotaba por el aire como una pluma; volaba sin conocer

                         ni preocuparme por el destino de ese vuelo; mis brazos eran alas que se

                        

                         los palcos podía percibir los corazones en vilo, contrayéndose ante la

                         impecable ejecución de una difícil pirueta. Era grandioso……Pero me

                         hice viejo. Los escenarios me fueron cada vez más esquivos y tuve que

                         resignarme, por amor a todo esto y por el consejo de alguien a quien

                        quiero mucho, a la enseñanza como una forma de seguir vigente.

                         Entonces tuve que ver con orgullo y algo de envidia como mis pupilos

                         Se liberaban en escena a través de los movimientos de sus cuerpos,

                         ágiles, jóvenes. La elasticidad de sus miembros trascendiendo espacio y

                         tiempo con la música pegada a la piel….Fue hermoso también, no lo

                         niego…Pero ya todo acabó. No hay nada.

SONIA:           ¿Vive usted solo?

FERNANDO: Yo me casé con Lorena, señorita……Lorena Londoño, la gran actriz y

                         bailarina, mujer amada por todos, mujer amada que parece haber dejado

                         en el pasado, en el mundo,  un olor de amor…

SONIA:            (Sorprendida) ¿Lorena Londoño es su esposa?

FERNANDO:   Si señorita. Se la presentaré si quiere, pero tiene que esperar. Ella no

                         viene hasta no terminar sus labores en casa. Este jardín que usted ve

                         aquí es nuestro placer y nuestra vida. Es todo lo que nos queda de

                        antaño. Me parece que no podríamos subsistir si no lo tuviéramos. Esto

                         es antiguo y distinguido….¿verdad?. Aquí creo respirar un aire que no

                         ha cambiado desde mi juventud. Mi mujer y yo pasamos aquí toda la

                         tarde, pero yo vengo antes que ella, pues aún tengo el viejo hábito de

                         observar  a la gente..

SONIA             No me importa tener que esperar. Además tengo clases hasta las seis.

                         Conocer a Lorena Londoño es algo que no me quiero perder por nada

                         del mundo. Me siento tan….rara… ¡Venga, sentémonos…! Hablemos

                         mientras ella llega…

FERNANDO:   No hay razón para que se impaciente. Ya llegó. Discúlpeme (se levanta

                         y va al encuentro de la viejita) “¡Oh, mayo…un perfume de flores

                         revolotea en los limpios senderos, un grato sol se desliza entre las hojas

                         y disemina sobre nosotros anchas gotas de luz…!” ¿Te gusto?

                         Lorena… ¿esta es la señorita…..?

SONIA           ¡Sonia!, me llamo Sonia (las dos mujeres se saludan y Lorena se queda

                         mirando fijamente a su marido)¡Ejem…! Perdón que les   

                         interrumpa…Estoy tan emocionada que…señor…..mi gente, mis amigas

                         cuentan que la gente deliraba al presenciar un pasodoble interpretada por

                         Lorena….. No se lo que tengo que decir en un momento como este.

                         Explíqueme usted señor lo que era un pasodoble…..Se lo ruego.

FERNANDO:   (Emocionado) El pasodoble, señorita, es drama, es un sentimiento

                          hecho furor ¿Comprende usted?

                          Desde que no hay toreros no hay pasodoble….El pasodoble….los

                          toreros…. en la plaza… la vida y la muerte……hasta los tiranos se

                          estremecían como niños….Sus mentes llenas de pensamientos de

                          sangre….se…No. no. No  Era como si…..Se movían los brazos

                          así…un, dos, tres…pasos hacía allá y una reverencia plasmaba en la

                          imagen del bailarín toda una gama de…..Era todo armonía…La belleza

                          habitando el espacio que circunda a los bailarines, el fuego del amor en

                          las piernas y una estela de luz descendiendo por el aire y colocándose

                          en la sonrisa de….¿Me comprende?

SONIA:            ¿?

FERNANDO:  ¡Lorena!….¿quieres, serías tan buena que….que…que mostremos a esta

                         señorita lo que era el pasodoble (Lorena mira hacia todos lados y en

                         silencio se coloca frente a él y bailan y bailan al ritmo de un pasodoble

                         imaginario. Se abrazan y se besan sollozando….)

 

 

Ultima escena

 

(Sonia, vieja, tras la mesa, apunto de acabar con su labor

SONIA:            Yo los miraba con el corazón lleno de sensaciones extraordinarias y el

                          alma conmovida por una indecible melancolía. Tuve muchas ganas de

                          reir, pero también tuve muchas ganas de llorar.

                          No los volví a ver. Han destruido el viejo Parque, el jardín, su jardín y a

                          menudo pienso…¿Qué habrá sido de ellos? ¿Han muerto? ¿Andan

                          errantes por las calles modernas como desterrados sin esperanza? ¿O

                          están danzando como grotescos espectros un pasodoble fantástico entre

                          los cipreses de algún cementerio, o a lo largo de los senderos

                          bordeados de tumbas al claro de luna? Su recuerdo me persigue, me

                          obsesiona, me tortura, permanece en mí como una herida…¿Por qué?

                          No lo se…. Encuentran ustedes que todo esto es ridículo……¿no es

                          verdad?

 



FIN

 

 

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