martes, 4 de mayo de 2021

 


 

GANCHO CIEGO

 

Y pensar que mis maestros de literatura me aconsejaron que ahorrara palabras........que no dijera más de lo necesario y con las palabras justas. Que un si es un si ......Y tener hoy la obligación de decir: “Si señor, yo no hice nada........Señor, iba de la mano con mi novia y no se más......”

 

Iba de la mano con mi novia paseando el regocijo de saber que sus miradas y sus pensamientos pertenecían a la esfera de mis sueños. Iba de la mano con ella ajeno a todo lo que no fueran nuestras voces.

Alcanzo a recordar que nuestras voces se desgranaban con el sutil encanto que le procura el amor a las voces. Caminábamos despacio, sin afanes, hablándonos de todo lo que se habla entre una pareja de enamorados y de vez en cuando nos mirábamos hasta que un beso acortaba las miradas y las voces se extinguían en un beso.

¿Está eso mal?

¿Es eso subversivo?

 

De repente sentí un fuerte golpe en la cabeza y al recuperarme un poco vi como un grupo de hombres uniformados la apartaban de mí y la metían en una camioneta. No volví a saber nada de ella.

 

Me arrastraron por la calle sin ningún tipo de consideración.

Inútilmente  pregunte el motivo de esta tratamiento, pero por cada vez que abría la boca recibía un tremendo manotazo  que aflojaba mis dientes e  irrespetaba la aún frescura de los besos.

 

Sentí la sangre brotando por mi rostro y tuve miedo. Y para ser sincero, más por el dolor que por sumisión, permanecí callado.

No se en que momento perdí el sentido.

 

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Hoy me encuentro aquí, botando santidad por todos lados con la esperanza de que estos caballeros me permitan regresar. Hace mucha falta la presencia de un ser humano en este lugar. Uno de los......uno de los guardianes de la ley y el orden me mira con insistencia, de su mirada se desprenden ráfagas de burla, de odio y de suficiencia. Tengo que permanecer callado pues de lo contrario me golpeará otra vez

Lo peor de una golpiza es ignorar por qué se la dan a uno.

La verdad es que yo no he hecho nada. No hay nada en mi vida ni en mi proceder que pueda considerarse delictuoso. Tengo la conciencia limpia. Muy limpia y sin embargo estoy aquí porque algo de lo que yo soy no le gustó a la cuadrilla que se cruzó por mi camino.

Seguramente fue a uno de ellos que no vio con buenos ojos que una pareja de enamorados hiciera bendecir su amor por el sol de la tarde, a uno de ellos que está tan engrupido por el cuento de la seguridad democrática y quiere implantar un régimen de terror y desconfianza hasta en su casa; hasta llegar a  perseguir el amor porque  siente  que hay en el amor  una fuerza que libera; uno de ellos que convierte su frustración en lealtad desbocada a una insignia, a unas leyes opresoras......a un polluelo de tirano.

Se acerca un tipo con pinta de rudo y me levanta por el cabello,

Siento el impulso de devolver la agresión pero por fortuna tengo las manos atadas a la espalda y las piernas entumecidas. Me arrastra por un pasillo en el que hay un montón de gente tirada por el piso y me da un empellón después de abrir la puerta de una “oficina” dentro de la cual hay apenas una mesa descolorida y dos asientos de plástico. Doy de cabeza contra la pared y me escurro. Con dificultad puedo respirar. Unas manos poderosas me levantan y me dejan estacionado en una de las sillas con un solo  movimiento. Una voz ordena que me suelten las manos y me ofrece un poco de agua. Tomo el agua de un solo sorbo. Me atrevo a mirar a mi protector. Me encuentro con unos ojos pequeños, casi inexistentes, malvados.....Me quedo con la voz

La voz se repite. Me pide con un dejo de falsa benevolencia que diga todo. Quiero hacer un mal chiste, pero temo sea fatal y prefiero no responder. Nuevamente la voz. Yo pregunto a qué viene la pregunta, que quiere decir con eso... y la voz me responde que yo lo se muy bien. Pero yo no se nada de lo que me están hablando y así lo hago saber.. Recibo otro manotón. Insisto en que no se lo que está pasando y el tono de la voz se levanta de manera increíble hasta hacerme daño y los bofetones se repiten despiadados sobre mi rostro adormecido.. Entre ruidos, llanto, furia, logro escuchar que “yo soy el miserable que los ha de conducir a la guarida de la organización”. Me siento perdido, doblegado por el dolor y la incertidumbre. No se de qué hablan. Recibo puntapiés, manotazos escupitajos, improperios y otra vez la sangre y los huesos a punto de quebrase en ese Calvario sin  chance de redención.. No se lo que va a pasar.

Entra otro tipo, otra vez y ordena que no tengan piedad conmigo pues el oficial Medina acaba de morir. El miedo se vuelve terror. Recibo una nueva andanada de golpes tan miserables que ya es inútil el lamento y el llanto. Creo que voy a morir

Inexplicablemente se suspende la golpiza. Después fue explicable Al abrir los ojos con dificultad pude ver a un alto oficial en la puerta quien con una voz indefinible ordena que me dejen en paz, que ya han atrapado a los responsables, que yo soy inocente.

Alcancé a experimentar algo parecido a la alegría antes de desplomarme allí, en ese cuarto, para siempre.....

 

Sep 85

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