GANCHO CIEGO
Y pensar que mis
maestros de literatura me aconsejaron que ahorrara palabras........que no
dijera más de lo necesario y con las palabras justas. Que un si es un si
......Y tener hoy la obligación de decir: “Si señor, yo no hice
nada........Señor, iba de la mano con mi novia y no se más......”
Iba de la mano con
mi novia paseando el regocijo de saber que sus miradas y sus pensamientos
pertenecían a la esfera de mis sueños. Iba de la mano con ella ajeno a todo lo
que no fueran nuestras voces.
Alcanzo a recordar
que nuestras voces se desgranaban con el sutil encanto que le procura el amor a
las voces. Caminábamos despacio, sin afanes, hablándonos de todo lo que se
habla entre una pareja de enamorados y de vez en cuando nos mirábamos hasta que
un beso acortaba las miradas y las voces se extinguían en un beso.
¿Está eso mal?
¿Es eso subversivo?
De repente sentí un
fuerte golpe en la cabeza y al recuperarme un poco vi como un grupo de hombres
uniformados la apartaban de mí y la metían en una camioneta. No volví a saber
nada de ella.
Me arrastraron por
la calle sin ningún tipo de consideración.
Inútilmente pregunte el motivo de esta tratamiento, pero
por cada vez que abría la boca recibía un tremendo manotazo que aflojaba mis dientes e irrespetaba la aún frescura de los besos.
Sentí la sangre
brotando por mi rostro y tuve miedo. Y para ser sincero, más por el dolor que
por sumisión, permanecí callado.
No se en que
momento perdí el sentido.
*******************
Hoy me encuentro
aquí, botando santidad por todos lados con la esperanza de que estos caballeros
me permitan regresar. Hace mucha falta la presencia de un ser humano en este
lugar. Uno de los......uno de los guardianes de la ley y el orden me mira con
insistencia, de su mirada se desprenden ráfagas de burla, de odio y de
suficiencia. Tengo que permanecer callado pues de lo contrario me golpeará otra
vez
Lo peor de una
golpiza es ignorar por qué se la dan a uno.
La verdad es que yo
no he hecho nada. No hay nada en mi vida ni en mi proceder que pueda
considerarse delictuoso. Tengo la conciencia limpia. Muy limpia y sin embargo
estoy aquí porque algo de lo que yo soy no le gustó a la cuadrilla que se cruzó
por mi camino.
Seguramente fue a
uno de ellos que no vio con buenos ojos que una pareja de enamorados hiciera
bendecir su amor por el sol de la tarde, a uno de ellos que está tan engrupido
por el cuento de la seguridad democrática y quiere implantar un régimen de
terror y desconfianza hasta en su casa; hasta llegar a perseguir el amor porque siente
que hay en el amor una fuerza que
libera; uno de ellos que convierte su frustración en lealtad desbocada a una
insignia, a unas leyes opresoras......a un polluelo de tirano.
Se acerca un tipo
con pinta de rudo y me levanta por el cabello,
Siento el impulso de devolver la agresión
pero por fortuna tengo las manos atadas a la espalda y las piernas entumecidas.
Me arrastra por un pasillo en el que hay un montón de gente tirada por el piso
y me da un empellón después de abrir la puerta de una “oficina” dentro de la
cual hay apenas una mesa descolorida y dos asientos de plástico. Doy de cabeza
contra la pared y me escurro. Con dificultad puedo respirar. Unas manos
poderosas me levantan y me dejan estacionado en una de las sillas con un solo movimiento. Una voz ordena que me suelten las
manos y me ofrece un poco de agua. Tomo el agua de un solo sorbo. Me atrevo a
mirar a mi protector. Me encuentro con unos ojos pequeños, casi inexistentes,
malvados.....Me quedo con la voz
La voz se repite.
Me pide con un dejo de falsa benevolencia que diga todo. Quiero hacer un mal
chiste, pero temo sea fatal y prefiero no responder. Nuevamente la voz. Yo
pregunto a qué viene la pregunta, que quiere decir con eso... y la voz me
responde que yo lo se muy bien. Pero yo no se nada de lo que me están hablando
y así lo hago saber.. Recibo otro manotón. Insisto en que no se lo que está
pasando y el tono de la voz se levanta de manera increíble hasta hacerme daño y
los bofetones se repiten despiadados sobre mi rostro adormecido.. Entre ruidos,
llanto, furia, logro escuchar que “yo soy el miserable que los ha de conducir a
la guarida de la organización”. Me siento perdido, doblegado por el dolor y la
incertidumbre. No se de qué hablan. Recibo puntapiés, manotazos escupitajos,
improperios y otra vez la sangre y los huesos a punto de quebrase en ese
Calvario sin chance de redención.. No se
lo que va a pasar.
Entra otro tipo,
otra vez y ordena que no tengan piedad conmigo pues el oficial Medina acaba de
morir. El miedo se vuelve terror. Recibo una nueva andanada de golpes tan
miserables que ya es inútil el lamento y el llanto. Creo que voy a morir
Inexplicablemente
se suspende la golpiza. Después fue explicable Al abrir los ojos con dificultad
pude ver a un alto oficial en la puerta quien con una voz indefinible ordena
que me dejen en paz, que ya han atrapado a los responsables, que yo soy
inocente.
Alcancé a experimentar algo parecido a la
alegría antes de desplomarme allí, en ese cuarto, para siempre.....
Sep 85
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