EN BOCA PINTADA NO ENTRA BESO
Carnaval y don
Enrique salen de paseo.
Carnaval lleva su
boquita pintada (es la manera más eficaz para amurallar su boca).
Don Enrique lleva
una bufanda azul
La boquita de
Carnaval es hermosa.
La bufanda de don
Enrique es de lana.
Carnaval es una
gran seductriz.
Don Enrique tiene
las patillas canas como las de Mastroianni.
Las flores pequeñas
y las flores grandes le dan sendos petalazos a las abejas para verlos pasar;
las abejas también los ven pasar mientras limpian sus boquitas.
Carnaval sonríe y
acomoda su carterita verde.
Don Enrique afloja
su cinturón.
Ella lleva en su
cartera algunas monedas.
El, lleva en su
mente extraños pensamientos.
Carnaval tiene
veinte años.
Don Enrique tiene
cincuenta y dos.
Carnaval mira a don
Enrique.
Don Enrique no mira
a Carnaval y ella, aventurando juicios se adelanta unos metros presumiendo que
él va a correr para alcanzarla....pero no, él continúa impasible.. Como para no
perder la intentona Carnaval finge un desmayo y cae aparatosamente sobre el
piso; don Enrique pasa a su lado y aplaude.
Herida por la
respuesta inesperada a su pequeño acto, entierra sus dos lindos ojitos llenos
de odio en la espalda de don Enrique.
Don Enrique no se
da por enterado y no se detiene.
Carnaval se levanta
y camina rápido hasta alcanzar a don Enrique y proseguir caminando a su lado.
Los gallinazos
hacen un alto en su banquete para verlos pasar; la carroña no hiede como en un
homenaje a su paso.
Carnaval vuelve a
sonreir y desabotona su blusa. Don Enrique se detiene debajo de un árbol, se
sienta y enciende un cigarrillo. Carnaval avanza unos metros presumiendo que él
va a llamarla, pero no, entonces finge haberlo escuchado y va hacia él
corriendo: ¿Decías?
Don Enrique no
responde. Carnaval se sienta a su lado, le coge el cigarrillo y fuma con
avidez. Lo devuelve manchado de colorete. Don Enrique saca un pañuelo y lo
limpia y sigue fumando. Carnaval canta. Don Enrique inmóvil. Carnaval canta.
Don Enrique quieto.
Carnaval canta. Don
Enrique toca.....
El sol se oculta
para no verlos.
La luna sale y con
discreción los mira.
Los lobos no aúllan
para no espantarlos.
Carnaval sigue
cantando. Don Enrique sigue tocando. Carnaval ya no canta, pero don Enrique no
deja de tocar....Carnaval grita, pero don Enrique no deja de tocar......
Los búhos cierran
los ojos para no verlos; las luciérnagas apagan sus luces para no inquietarlos.
Carnaval ya no
grita, Don Enrique está fuera de sí.
El mundo se detiene
para no sentirlos.
Don Enrique grita,
grita, grita....
Y después silencio.
El sol aparece
porque le toca.
La luna desparece
adormilada, llevando con ella búhos y luciérnagas.
Don Enrique hace
solo el camino de regreso. No lleva bufanda. Los gallinazos hacen su tarea de
limpieza y la carroña hiede; las flores grandes y las pequeñas y las abejas se
entregan a su relación de amor. Don Enrique sonríe y se acaricia las patillas.
Sabe que pasaran muchos soles, muchas lunas, otras flores, otras abejas y otros
gallinazos antes de que encuentren un esqueleto con una bufanda azul colgando de
un árbol...
Para entonces
Carnaval y su boca pintada donde no entra beso, será apenas....un lejano
recuerdo.
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