miércoles, 10 de octubre de 2018

El resentido - Fermín Hood - (Cuentos anómalos del litoral)




EL RESENTIDO

Zedim y Pindra se enamoraron. Se enamoraron porque se tenían que enamorar de la forma como “enamoran” en estas tierras. Y como también suele pasar a los enamorados los “casaron” para que fueran bien visto su amor.
Rito religioso, diligencia civil, festín fenomenal…

Zedim y Pindra eran adinerados. Eran de esos pobres que lo único que tienen es dinero…

Pasaron los años, tenían mucho más dinero….pero no hijos.
- ¿Cómo así, eche?

Lo intentaron miles de veces y de todas las formas posibles.
Hasta que por fin
(Celestial disparo intrauterino)
Pindra está preñá….

Zedim fuma y sonríe…Ahora es don Zedim
Pindra amanece feliz todos los días y canta pues al hacerlo sus males espanta.
Nueves meses que parecen años
Nunca bebé había sido tan esperado. Incluido.... El

Y está todo listo
La mejor clínica de Miami, el mejor partero de norteamérica y sus alumnos; el mejor tratamiento post parto que incluía vallenato instrumental e hidroterapia; la mejor ropita azul, los mejores padrinos,…..
Todo estaba listo

Pero…otra bala perdida en guerra de pandillas…….truncó la espera feliz, el sueño

Rodey nació, el bebé tuvo que ver la luz antes de tiempo, la pericia de un equipo de cirujanos le salvó la vida…
No así a Pindra…Se quedó en Mayami, para siempre.

Zedim enloqueció, se bebió el Caribe y se perdió en el horizonte.

¿Rodey?

Rodey creció…creció sano, creció fuerte, creció bien, creció, creció, pero con un problema: El resentimiento.

Problema de él

Lo grave para nosotros en que su nombre aparece en la lista de candidatos a la Cámara de Representantes.

                                                                                                                                           Santa Marta, marzo 31 2008


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