Alfred
Marchante,
marchoso, marchó por el mundo entero.
Por el mundo entero anduvo sin detener la marcha,
marchoso, marchante buscando una pizquita de cariño....
Eso era todo:
“Un poquito de
cariño yo te pido.....”
Y había dispuesto
que tan pronto encontrara ese poquito de cariño....iba a detener su marcha
marchosa para disfrutar en plenitud y con intensidad de su hallazgo. (Si tanto
era su anhelo de cariño, mayor iba a ser su celo por conservarlo y protegerlo)
Pero estaba
equivocado
No se puede estar
nunca seguro de un cariño
Es que los cariños
son tan impredecibles, tan volubles......tan cariños
Alfred lo
comprobaría con algo de dolor
En alguna parte
encontró un cariño (Se cree que fue en la frontera entre Chile y Argentina
donde se dice que abundan los cariños) y fue tanto el celo y las ganas de
poseerlo, que el tal cariño “le zampó” un sartenazo en plena cara y orondo se
fue.
Pobre Alfredo....ya
le había pasado algo parecido con los cariños nacionales.
No tuvo más remedio
que continuar su marcha marchosa con su rostro lleno de cicatrices
.......seguir andando y andando, conociendo, buscando...hasta comprobar que los
cariños son lo mismo en todas partes
Adolorido por tanto
golpe de cariño, decidió regresar al país y dedicarse a la política
El político peripatético lo llaman sus
seguidores..........
Es preferible
llamarlo peripolítico para no recordarle que siempre ha sido patético.
(Lo que lo
enfurece)
¡Ah!, ....hoy
compra votos y cariño por Internet.
Santa Marta, marzo de 2008
No hay comentarios:
Publicar un comentario