Rastros del hombrecito…..
1
No podía permitirse
algún lujo.
Alquiló su brazo a un grupo que lo traicionó.
Se repetía una y mil veces que lo mejor que podía hacer era seguir luchando por conseguir lo que siempre le había faltado...pero eso sí, llevando una vida honrada.
Desde entonces
escasearon los cines...el hombrecito se quebraba la cabeza tratando de
conseguir en sus ruinas la fórmula que lo sacara del sinsabor de la miseria,
pero por más que lo hacía, no podía sacar de su opaco cerebrito más que
lamentaciones y eso no era así.
Un día Carmela le
comunicó que estaba embarazada y que su padre, el tamalero, la había echado de
la casa. El hombrecito no tuvo otra alternativa que la de cargar con ella.
2
Apareció en su vida Elkin, el mono, un reconocido ladronzuelo quien le vendió la idea de que uniendo talentos podían convertirse en ladrones de éxito, pero Carmelita le vivía repitiendo que pobres pero honrados y esa sentencia lo marcaba y aún más cuando recordaba que antes de conocer a Carmela su profesión oficial consistía en amenazar a los deudores morosos de un prestamista.
Eso era pura fama.
Había cambiado para bien.
Fue el amor por
Carmela y no otra cosa lo que lo rescató de las calles peligrosas donde impera
la ley del fierro y el puñal y lo convirtió en un pedazo de mierda aguevada incapaz
de pensar por sí mismo.
3
Todas las tardes la
esperaba a la salida de la fábrica de tamales de un rival de su suegro porque
la amaba y porque Carmela le daba dinero.
Ella, muy
querendona, también se lo daba en calidad de préstamo.
-
“Tan pronto consiga se lo
devuelvo, negrita”
pero los dos sabían
que ese dinero jamás se iba a recuperar.
Como no conseguía
sus propósitos, compraba toda clase de loterías y lo que le quedaba se lo
gastaba en cerveza y aguardiente “que en todos casos es mejor que ese berraco
bazuco que lo deja a uno con la cabeza vuelta mierda por los efectos de toda la
porquería con que lo elaboran”
Carmela perdió al
bebé.
4
Quiso la fortuna
que un día se encontrara con el hijo del prestamista quien al verlo tan
precariamente dispuesto le ofreció un negocio parecido al que tenía su padre.
El hombrecito
aceptó sin chistar y en pocos meses cambió radicalmente su estilo de vida.
Carmelita sospechaba que su esposo andaba en malos pasos, pero el juraba de rodillas que lo que estaba haciendo no era nada ilegal….
Elkin, el mono, al notar el repentino cambio de suerte de su amigo, le pidió que lo recomendara con los jefes para ver si mejoraba también sus condiciones, mas el hombrecito le negó cualquier posibilidad de ayuda por lo que Elkín empezó a desarrollar un gran resentimiento.
En cuestión de cinco meses, el hombrecito se convirtió en la mano derecha de su patrón por lo que las ausencias en su hogar se hicieron reiterativas. Los reclamos de Carmelita siempre fueron contestados con evasivas al comienzo y luego a través de unas golpizas fenomenales.
Ella intentó disolver
la relación, pero el hombrecito, celoso como el que más, la amenazó con matarla
por solo pensarlo.
5
Elkin, notando el
continuo maltrato al que era sometida Carmela acudió al padre de esta
desconociendo la ruptura que existía en esa relación padre – hija.
No obstante, el
tamalero, conflictivo como había sido siempre decidió intervenir, no tanto por
amor a su hija, como por vengarse del hombrecito quien entre otras cosas le
había quedado debiendo cuatro tamales hacía varios años.
Elkin lo vio todo y
lo filmó y en cuestión de minutos el video apareció en los noticieros de todo
el país.
La captura del asesino se produjo en tiempo record lo
que ameritó una medalla para el oficial que comandó el operativo.
La hija del
tamalero heredó todos sus bienes……
6
Carmela hoy es la
dueña de una próspera fábrica de tamales y comidas enlatadas.
Elkin, su esposo,
es el gerente general de la fábrica y se encarga de las exportaciones.
El tamalero tiene
una hermosa tumba en el Cementerio Central, con cenotafio y a la que no le
faltan las flores.
El hombrecito purga
una condena a cadena perpetua por
asesinato y otro sin fin de fechorías……
Hoy, se permite el
lujo de planear venganzas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario