AMIGA
CELMIRA,
joven universitaria provinciana, tiene un lunar cerca a su boca y padece de
gastritis
ANABEL,
máquina de producir palabras
SEÑORA,
madre de Celmira, vive en la luna
TRANSEUNTES,
pasan, pasan, pasan….
(Una banca
frente al edificio de una reconocida universidad bogotana. Una joven,
Celmira, se sienta en ella, abre un libro y lee. Tiene un examen importante y
debe aprovechar el tiempo. Vemos pasar transeúntes por todo lado, es hora pico
en la ciudad. Otra joven, Anabel, se
queda mirando a Celmira, la reconoce…)
ANABEL:
¿Celmira? ¡Hola Celmi! ¡Qué
alegría volver a verte! (Celmira intenta decir algo, pero no la deja) ¿Qué
haces por aquí? No me digas que estás estudiando….Estudiando en este
hueco……Claro, no me extraña. Tu siempre quisiste estudiar aquí…pero, cuéntame
…. ¿Cómo hiciste al fin para terminar el bachillerato?,
¿Compraste el diploma? No que va….Yo creo que
te ayudaron tus noviecitos….eh,
picarona, porque bien coquetica si que eras….eh, ¿era el dueño de la buseta
roja? Ese te traía chorreando la baba ……
Pero hablando de todo un poco ¿Qué paso con tu noviecito? ¡Alexander?
¿Te casaste con él? Ese pobre si que sufría contigo. Tan enamorado estaba el
pobre tonto que ni cuenta se daba del engaño al que lo sometías…Pero bien
hecho…. ¡Duro con los hombres! ¿Por qué siempre tiene que ser una la que sufre?
Y dime…..están muy bonitos tus zapatos…¿Dónde
los compraste? Recuerdo bien que cuando estábamos en el colegio tenías que usar
unos viejitos y que te quedaban pequeños….Yo te lo decía, “algún día tendrás
para comprarte unos zapatos nuevos” ¿recuerdas? Claro que esa blusa también esta bonita,
pero debes tener cuidado con el sudor de las axilas….porque yo me acuerdo que
tu tenías mucho problema con eso…ese olor….Yo era la única que te defendía, que
estaba a tu lado y…(en ese momento aparece una señora cargada de paquetes y tratando de hacer parar un taxi)
Eh, ¿ves a esa señora que está ahí como loca parando el taxi? Pues esa señora
vive en mi conjunto y….vieras la vida que le está dando a su familia. Para
empezar, tiene cuatro hijitos y les da unas muendas que ni para que te
digo….los deja varios días sin comer y si se ponen a llorar, les tapa la boca
con esparadrapo…Y el pobre marido…..ese hombre si que sufre. No solo tiene que
aguantar que lo traicione con cuanto hombre hay en el edificio sino que le
tiene que entregar cada quincena la totalidad de su sueldo y a cambio ni
siquiera le lava la ropa ni le cocina, pero lo más……duro es que lo obliga a….
CELMIRA:
¿Estás segura de lo que hablas?
ANABEL:
¡Claro! La conozco como la palma de mi mano
CELMIRA:
(Se levanta e invita a Anabel a acercarse a la señora) ¡Ven!….. ¡Mami!
(La señora se de vuelta) ¡Te presento a
una amiga!
(Anabel, huye y es el fin)
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