miércoles, 19 de marzo de 2025

"Lamento barriobajero" - (Cuentos de Fernando Arias Alvarez)

 

 


LAMENTO BARRIOBAJERO

 

Como un centenar de pájaros volando y cantando por los aires cosmocontaminados de la gran capital de la República….;  así, en bandada, nacieron, crecieron y murieron los rencores dentro del pecho exhausto de un notable guerrero citadino que intentó derrotar –el solo- a todo un ejército de enfermizos enemigos comandados por John Rambo Toquica, el despiadado general en jefe de la horda vandálica de Kennedy City; Juanito el podrido, punkero number one del barrio Quiroga; Bazooka Pérez del Gaitán; Doctor Money, leguleyo cobardón del Samper Mendoza y el Santa Fe; Sweet Jane y Pimply Apolinar, los amos de la carrera quince, entre otros….....

No lo logró.

Los rencores si no se alimentan terminan por extinguirse. El valeroso y exhausto pecho de guerrero pasó a ser algo menos importante que la excremental manifestación de vida que riegan algo más de un centenar de pájaros, que nacen, crecen, se reproducen y mueren, y vuelan y a veces cantan entre los aires escosmocontacopolaminados de la gran urbe –que antes dio albergue a los mejores sueños provincianos –

Rencor extinto es igual a indefensión de cordero….entonces…cordero al sacrificio.

Todos los que amaba le dieron la espalda.

Todos los que lo amaban y admiraban, le dieron una bofetada y después le dieron la espalda; todos los que no amaba ni lo amaban, le dieron a beber el amargo sorbo de la indiferencia….

Así estaban las cosas.

El notable guerrero criollo huyó. Se apartó del mundo y como algunas aves migratorias que volaron y cantaron entre los aires escosmocontacopolaminados de la gran urbe -que ahora es el cementerio de los mejores sueños provincianos- se fue muy lejos, cada vez más lejos, tan lejos que a la palabra lejanía le quedan doliendo las grafías.

Buscaba una montaña. La cima de una montaña.

Buscando su cima murió. En una sima lo encontramos por casualidad. Las aves de rapiña no respetaron el silencio de su cuerpo fatigado. Supimos que era él, por el mensaje que encontramos en su mochila….Un mensaje. Decidimos darle cristiana sepultura como le corresponde a un buen cristiano que lo único que ambicionó fue que la gente viviera mejor. Un mensaje….El mal tiempo y el cansancio nos obligó a enterrarlo en el mismo lugar donde lo encontramos…..el mensaje…..Abrimos un hueco y depositamos allí los despojos mortales o lo que quedaba de ellos, lo tapamos y luego con particular esmero colocamos una pequeña cruz sin ninguna leyenda…........

Días después, cuando todos los de la pandilla estábamos reunidos, Roque, el que se las da de jefe  leyó el mensaje en voz alta.....

Decía:

Testamento de un poeta barriobajero.

¡Oh, tamaña ilusión!

Tan solo puedo dejarle al mundo y qué pena me da: Cuatro poemas que parecen ser de amor pero no los son; un par de cuentos mediocres  y una gata que pare cada tres meses – lo único fecundo de mi vida-. Una vida,.... toda una vida intrascendente como los poemas, mediocre como los cuentos y dolorosa como cada parto de la gata.

Es insignificante pero es lo único..... es todo a pesar de mis esfuerzos.

Los gatos aumentaban y aumentaban y eso me hizo alguna vez feliz; quise escribir un quinto poemilla, pero me dio risa; intenté un tercer cuento, pero mis dedos se derritieron sobre el papel; una novela no exactamente autobiográfica, se quedó para siempre perdida entre un montón de cervezas ordinarias; un hijo se malogró por la incertidumbre…solo quedaron esa pequeñas cosas que todo el mundo posee pero que no sirven siquiera para conseguir un modesto crédito en una cantina de barrio de esas, en las que solía pasar la vida de solitario., poniéndole apodos a la gente que pasaba por la acera más próxima y vomitando las pocas tripas que me quedaban en un inodoro repleto de……la única verdad-

Oh, querido mundo…Tu hijo, uno de tantos no es más que un ingrato. Cometiste el error de creer en su valor, en su sabiduría y en su talento y lo lanzaste a empresas para las que no estaba preparado, ahora como colofón nefasto persiste en un poco de recuerdos.

 Bórralo antes de que haga más daño.

Si en algo me aprecias, oh, mundo, cuida a mi gata y a sus cuatro gatitos…de lo otro ya se encargó la hoguera y de mí…tu te olvidarás….

Nos dispersamos en silencio. Todos sin saber qué hacer pero coincidiendo en un solo pensamiento: “Que desperdicio gastarse uno un trozo de vida admirando y siguiendo a un farsante como esos….”

Hoy,  Rambo Toquica y todos los demás sobreviven  como empleados del gobierno….y ya no recuerdan que dejaron rotas muchas ilusiones en su camino, muchas heridas, mucha sangre ......que la lluvia se encargó de borrar de las aceras.

 

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